EL ENIGMA DEL CRISTO EMPAREDADO

Por: Jose Manuel García Bautista

Llamativo y sorprendente fue el descubrimiento de un Cristo, en malas condiciones, emparedado en una iglesia de Puerto Serrano (Cádiz) del que parece que el Tiempo quiso olvidarse de él.

Fue en el año 2014 cuando un electricista encontró la talla tras una falsa pared en la parroquia de Santa María Magdalena. Jesús A. Caña, del diario El País, investigaba y relataba toda la información en el periódico a la vez que consultó al historiador Juan Jesús Portillo Ramos sobre este particular.

El pobre trabajador creyó en un primer momento que se trataba de un difunto hasta que se procedió a iluminar bien y ver como se trataba de esta imagen. El párroco optó por emparedar de nuevo pero la información comenzó a correr a modo de rumor por el pueblo y el boca a boca hizo el resto. Con todo ello el sucesor en la parroquia, Pedro Antonio Lozano, decidió que lo más adecuado era sacar a la luz la imagen, adecentarla y exponerla a los devotos.

En declaraciones de Portillo a El País decía: “La verdad es que la imagen impone muchísimo. Estábamos algo asustados pensando que la gente se lo iba a tomar peor al verlo en la iglesia, sin embargo hoy he ido y ya le han dejado flores” añadiendo que “la imagen estaba tras un altar de yesería que se quita en los 80. En 1986 es cuando se descubre el Cristo por primera vez, según recuerdan algunos mayores”.

La imagen está realizada en madera de cedro, parece que ha tenido sido atacada por los hongos e, incluso, quemada pese a que la iglesia jamás sufrió del saqueo ni el expolio. En opinión del historiador es posible que en la época se dieran cuenta del ataque que sufría la imagen y se decidiera quemar para acabar con los hongos, tal vez se emparedara para que no fuera robada desde el siglo XVII hasta aquí máxime con la invasión napoleónica.

En los registros históricos del Arzobispado de Sevilla y del Obispado de Jerez no hay datos de un crucificado de esas características en la iglesia. Así una opción que se baraja es que la imagen sea del siglo XVI y parece estar articulada según marcas en el bíceps, también pudo haber tenido pelo natural a semejanza de otras de la época.

Lo que no se sabe es la razón cierta por la que se emparedó ni el origen de la misma respetándose en su muestra a los fieles la posición y elementos de la imagen siendo muy impactante a la vista.