AGREDIDO POR UN OVNI

Por: Jose Manuel García Bautista

En los anales de la ufología patria hay una serie de casos que por su trascendencia e importancia han pasado a la pequeña Historia de los OVNIs en nuestro país, precisamente sobre todo ello y con un caso ejemplarizante quería volcar mi reflexión… Pero permítanme comenzar por el principio de esta historia e invitarlos a regresar conmigo desde esta tribuna en el Tiempo al año 1976… Síganme y sean parte de esta apasionante historia…

El caso Miguel Fernández Carrasco

Acababa de comenzar ese año, no habían transcurrido más que unos días cuando a la primera plana de muchos diarios e informativos locales, regionales y nacionales iba a llegar una noticia que conmocionaría a la opinión pública: “UN LABRADOR DE BENCAZÓN AGREDIDO POR EXTRATERRESTRES” y el diario que publicaba con toda su trascendencia dicha noticia no era un diario baladí … ni mucho menos, nada menos que el diario ABC en su edición de Andalucía y de la firma de no menos conocido Benigno González, esto en la España de la época, de la reciente dictadura y de la del miedo social, publicado en un diario con el peso y popularidad de ABC pues era poco menos que un dogma de fe… Y sucedió una fría noche de Enero del 76, un 28 de Enero de 1976 para ser exactos por qué fue la noche en la que Miguel Fernández Carrasco y la localidad sevillana de Benacazón entrarían a formar parte con letras de oro en ese libro de la Historia Ufológica de España.

Nuestro protagonista, el propio Miguel Fernández Carrasco, no era consciente de lo que le iba a suceder aquella noche… al menos no se lo esperaba y manos aun lo que sucedería después y lo que supondría… Y como esto no sería un viaje en el Tiempo si no nos entráramos en situación pues imagínese ,amigo lector, que es nuestro protagonista ,es varón de 24 años de edad y reside en Benacazón, como tantas otras noches pues regresa a pie de estar con su novia en el vecino pueblo de Sanlúcar La Mayor, trabaja en el campo y gana lo justo para vivir sin demasiadas comodidades e ir tirando, con el miedo a los grises (la policía nacional de la época, así se la llamaba) y con la incertidumbre de ¿qué sucederá en España tras la muerte del Caudillo? … Con estas y otras preocupaciones familiares más importantes caminaba Miguel Fernández Carrasco hacía su casa pasada la medianoche ,eran unos cinco kilómetros de paseo nocturno, de frío paseo nocturno , cuando de repente le llama su atención una especie de estrella fugaz que recorre ante su incrédula mirada el firmamento sevillano… A penas unos segundos más tarde la escena se repite y Miguel piensa que es afortunado por presenciar la “caída” de una estrella fugaz dos veces en la misma noche y sigue con su caminar hacía casa. Apenas veinte minutos después –según el Diario ABC de Sevilla del 29 de Enero de 1976 transcurrieron sólo 15 minutos- Miguel atónito observa como un extraño objeto con forma de cabina telefónica –a decir del propio testigo- comienza a descender del oscuro cielo hasta tomar tierra. Miguel se encontraba en un camino cercano a la estación de trenes de Benacazón que en la época estaba en las afueras del pueblo. Aquel aparato estaba aterrizando apenas a unos metros de su persona -siendo más precisos en la distancia los investigadores, comandado por el ufólogo sevillano Joaquín Mateos Nogales, la cifraron en 5 metros-. Aquella cabina voladora u objeto en forma de prisma y color verdoso superaba los 2 metros de ancho por 4 de alto y en la zona superior tendría ubicada una especie de cúpula giratoria que emitía rayos de color rojo y blanco, a sus lados una especie de patas que desplegaba a modo de aletas.

Cuando aquel aparato tomó tierra quedando firmemente unido al suelo por un trípode “sui generis” a modo de tren de aterrizaje se abrió una puerta en forma de medio punto arco del que descendieron, a través de una rampa y entre una deslumbrante luminosidad, dos humanoides de considerables altura (2 metros) y luciendo un extraño traje ajustado al cuerpo –tal como la lycra- de tono oscuro y sin embargo brillante. Todo ello “aliñado” por un molesto y ensordecedor zumbido que desorientaba al sorprendido testigo. Aquellos “hombres” portaban un cinturón con una hebilla ancha que tenía la particularidad de tener una luz intermitente roja en su centro. Parecían dialogar entre ellos en un idioma desconocido mientras Miguel permanecía “anclado” al suelo incrédulo por lo que estaba viviendo aquella noche, cuando se pudo sobreponer a la impresión comenzó a correr por aquellos caminos como si en ello le fuera la vida…Lo seres al percatarse de la presencia y huida del testigo ascendieron por la rampa y el extraño objeto en forma de prisma despegó en persecución del propio Miguel Fernández Carrasco.

Aquella persecución del aquel extraño objeto que volaba oblicuamente hacía nuestro testigo lo llenaba de terror ya que pensaba que le daría caza no pasado demasiado tiempo y la distancia hasta el pueblo se le antojaba excesiva para alcanzarlo en su carrera –aproximadamente 1´5 Kms.- .Y no estaba equivocado Miguel ya que justo había concluido de pensar en ello cuando comprobó que aquel objeto proyectaba sobre él un extraño haz de luz, un arma lumínica, un trueno de luz sobre su persona que lo dejó seminconsciente en el suelo, sin aliento, sin fuerzas y sin casi vida para poder contarlo… Miguel se sintió quemado, abrasado, tostado por un “algo” incomprensible para él, fuera del alcance de su conocimiento y de su raciocinio.

Casi arrastrándose y maltrecho, al filo de las dos de la madrugada sevillana llegó al dintel de la puerta de su casa en el número 81 de la calle General Franco –hoy número 21-, presa de un ataque de pánico, tintado por una extraña sustancia, tiznado y temeroso de lo que le había atacado. Sus hermanos lo atendieron como buenamente pudieron y cerraron la puerta apoyando una silla contra la misma ya que Miguel temía que aquellos humanoides en el interior de su estrella regresaran a por él… Sus hermanos, Teresa y Antonio Fernández Carrasco, no sabían que hacer ante el pánico y el estado de su hermano, no habían transcurrido más que unas horas de este incidente cuando se decidió trasladar a Miguel –por recomendación del médico local de Benacazón- al Hospital de San Lázaro en Sevilla, allí se le interna en la sala de la Milagrosa donde se le toma “declaración” de lo sucedido.

Ante la increíble historia que narraba se decide llamar al psiquiatra del centro hospitalario, el doctor Jorge Troaño, realizándole un estudio neurológico observando una gran agitación-excitación psicomotriz, gran alteración nerviosa y psicosis temporal por lo sucedido, de todo ello nuestro periodista de ABC, Benigno González, sería cronista de excepción para la edición de ABC el día 29 de Enero de 1976. Miguel estuvo en observación, fue convenientemente atendido y limpiado tal y como recoge el diario El Correo de Andalucía del día 30 de Enero de 1976. De su ropa fue extraída aquella extraña sustancia -que los más sensacionalistas tildaron de extraña- la tiznaba y tras comprobar la mejoría en su estado el paciente de la cama 28 fue dado de alta.

Una noticia como esta y a tenor de lo testimoniado por la víctima tuvo que ser denunciado al Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla en el Prado de San Sebastián, a donde el doctor Monsalve Cano, médico de guardia la noche de autos remitió el expediente con lo sucedido y relatado por Miguel Fernández Carrasco donde muy grosso modo decía aquel informe que el testigo decía: haber sido agredido por dos extraterrestres. Atendiendo a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, artículo 789 en 1976 el juez de Instrucción, Sr. Bouza Gil, ordenó la incoación de diligencias y citación de la víctima y médico de guardia. Ante la imposibilidad de imputar el delito a ningún agresor conocido el juez ordenó el sobreseimiento y archivo de las diligencias, hecho que también fue publicado por el diario ABC de Sevilla el 12 de Febrero de 1976. Fue la primera vez en la historia de la Ufología nacional que un Juzgado recogía y abría diligencias por agresión contra los ocupantes del esquivo fenómeno de los Objetos Voladores No Identificados… el misterio del siglo XX.

En la desconexión para informativos locales de TVE el espacio “Telesur” se hacía eco de esta historia de agresiones y agredido, de misterios, de OVNIs, de humanoides y del rayo de la muerte que en esta ocasión no acabó con la vida de su víctima…

Para muchos, tan increíble historia, resultaba poco menos que imposible de pensar siquiera que todo hubiera sido urdido por la mente del propio Miguel, una persona ignorante y casi analfabeta (según los testimonios de la época) y hubiera realizado una actuación tal que hubiera engañado a los galenos de San Lázaro. Y así diferentes medios de comunicación trataron de indagar en la vida del protagonista, no encontrando nada anormal en él o en su vida salvo que aquella noche dijo haber consumido dos cervezas no infiriendo en su estado ya que los análisis arrojaron como resultante un estado de embriaguez ni se encontró nada anormal digno que reseñar.

Un caso en la Historia de la Ufología

Hasta aquí los hechos, más o menos objetivos, acaecidos aquella terrorífica noche.

Entraron en liza los ufólogos de aquella primera, imborrable, innegable e histórica generación de Ufólogos quienes investigaron el caso, personajes del nombre de Manuel Osuna, Joaquín Mateos Nogales –integrantes de aquella emblemática RNC o Red Nacional de Corresponsales- ,Ignacio Darnaude, Miguel Peyró o más tardíamente recogerían Juan José Benítez en sus libros en materia OVNI .

Miguel Fernández Carrasco fue visitado por una multitud ingente de curiosos e investigadores e incluso su versión de los hechos se fue alterando tal y como se recoge en los informes de Manuel Osuna –recopilación digital de los Archivos de Manuel Osuna realizada por Jose Manuel García Bautista- en la que la víctima comenta: “trataron de cogerme y me dieron con un objeto quemante, desconocido para mí…”, sin duda alimentado por la información que le narraban estos de otros casos. Sea como fuere la versión no distaba mucho de la inicialmente narrada por Miguel y la leyenda ufológica se forjó en plena localidad del Aljarafe sevillano, de esa afamada y admirada –ufológicamente hablando- Cornisa de Aljarafe sevillano.

De entre toda aquella documentación me llamó la atención los análisis de aquella misteriosa sustancia extraída de la ropa y cuerpo de Miguel Fernández Carrasco, según los análisis realizados en la época por el Instituto de la Grasa se dictaminó que se trataba de aceite mineral, grasa vegetal o animal y carbón. Las manchas pálidas eran grasa, algunas se trataban de aceite mineral y las negruzcas se correspondían con carbón e incluso cisco del utilizado en las estufas caseras muy usadas en los pueblos de toda nuestra geografía nacional. Nada de especial y mucho menos de extraño o anormal.

Del informe clínico destacaba la crisis nerviosa, con la que innegablemente llegó la víctima, así como el estado de tremendo “stress” psíquico con el que hoy calificaríamos su estado, nada más anormal, no había síntomas en ese informe de alcohol, ni otros síntomas, sólo alguien muy atemorizado…con secuelas psíquicas y físicas tras una tremenda experiencia vivida, traumatizante y causante del “shock” en el paciente.

En el informe judicial sólo destacaba la apertura de diligencias con la declaración de la víctima y la redacción del informe del doctor Monsalve Cano que no difería demasiado de lo inicialmente expuesto .siendo lo más impactante el tener entre las manos aquel documento -que hoy por hoy es histórico para los Ufólogos- firmado por el Sr. Juez Bouza Gil. Todo un Documento.

Revisados dichos legajos del pasado y revisada toda la literatura ufológica al respecto sobre este caso, en libros incunables de mi propia librería, en documentos inéditos de investigadores de la época a mi disposición o en crónicas de diversos diarios sevillanos, comprobaba como aquel hecho de la madrugada del 28 de Enero de 1976 fue todo un fenómeno social en la Sevilla y marcó el devenir de futuros casos en nuestra geografía. Por todo ello la idea que un lector imparcial se podía hacer era básicamente la misma: Miguel Fernández Carrasco había sido atacado y agredido aquella noche por un extraño objeto volador en forma de prisma en cuyo interior, como mínimo, era tripulado por dos seres y que como consecuencia de ser alcanzado por un rayo calorífico había sufrido diferentes lesiones de consideración debiendo ser atendido en una clínica sevillana a cuya consecuencia fue presentado en los juzgados de Sevilla… Toda una historia OVNI en la Historia.