Por: Jose Manuel García Bautista
Desde tiempos inmemoriales el hombre ha sentido curiosidad por todo cuanto le rodea, desde lo infinitamente pequeño a lo infinitamente grande. Se ha formulado preguntas y ha tratado de obtener respuestas. Fruto de esa curiosidad innata del ser humano surge su propia evolución, porque dentro de ese avance en el pensamiento ha llegado a desarrollar ingenios para su uso y ayuda.
En esa evolución el ser humano se ha encontrado con elementos que desafían a su lógica, elementos, objetos imposibles por su antigüedad o por las capacidades que el ser humano de la época tenía en la época en la que se data el objeto. Por su imposibilidad, por la incapacidad de explicar satisfactoriamente el origen del mismo se le dio una curiosa denominación: OOPART, u “Objetos Fuera de Tiempo”.
Son un desafío a la lógica, son un desafío a la Ciencia, no se encuentra explicación y muchas veces son relegados al olvido o mal etiquetados… Este es pues: el libro de los objetos malditos de la Ciencia, aunque yo prefiero llamarlo: “La Tecnología de lo Imposible”.
OOPART es un acrónico que significa, en su lengua natural, “Out of place artifact” y sobre todo es debido a que la Ciencia los ha ubicado en un marco histórico y en una época concreta con sus modernos sistemas de datación, sin embargo se da la paradoja que en esa época desarrollar un artefacto, como los que se va a encontrar al leer este libro, es sencillamente imposible…
Así pues es también el libro de los objetos imposibles pero que sin embargo ¡existen!
La Ciencia los ha considerado en muchas ocasiones como objetos rituales, representaciones mitológicas, objetos de culto y cualquier otra denominación que pudiera parchear el conflicto de su catalogación, sin embargo las nuevas generaciones de investigadores se han preguntado por ellos más allá de la Ciencia ortodoxa y el resultado es inquietante…
¿Existieron otras culturas y civilizaciones antes que la nuestra? ¿Hay una Historia desconocida? ¿Hubo una civilización avanzada que nos legó objetos para los que hoy carecemos de explicación? Serían solo algunas de las preguntas que se plantearan en todos y cada uno de este muestrario de objetos imposibles que les propongo visitar.
Metalurgia imposible
A menudo nos preguntamos qué grado de tecnificación tenían los antiguos pobladores de este planeta, las antiguas culturas capaces de hacer o construir grandes monumentos que, hoy día, nos costaría tanto imitar con nuestra “avanzada” tecnología…
Pienso que si hubiera un gran cataclismo en la Tierra y los conocimientos de nuestra civilización del siglo XXI se perdieran y sólo quedaran vestigios aislados, cuando nuestro planeta se repusiera y una nueva civilización nos sustituyera, creyéndose los primeros, y hallaran nuestro restos también se preguntarían: ¿quién los ha hecho? O ¿Con qué tecnología? Y me pregunto yo: ¿Por qué no nos puede estar pasando eso mismo a nosotros con esos vestigios incomprensibles que llamamos Ooparts?
La Metalurgia nos deja ejemplos realmente asombrosos, veámoslos:
1850, Egipto, M. Mariette descubre, en las proximidades de la Esfinge, una gran cantidad de objetos, formados por joyas y vasos dorados, que había sido fabricados usando la galvanoplastia, su dorado era perfectamente uniforme y no tenía señales de haber sido soldado o tener labrado manual.
1898, en un emplazamiento de la antigua cultura sumeria se encuentran objetos que son etiquetados como “de plata”. Analizado cuidadosamente descubren que está fabricado usando la galvanoplastia en plata… Las pilas de Bagdad tenían en su rulo de cobre una pátina azul que es característica de la galvanoplastia con plata. Sin embargo la Ciencia oficial dice que es imposible…
En Armenia, en Medzamor, se descubre un complejo metalúrgico muy antiguo, su descubridor, el Dr. Korioun Meguertchian, no puede explicar satisfactoriamente el hallazgo.
En él se encontraron objetos metálicos con más de 5000 años, donde se fabricaba, y trabajaba, el cobre, bronce, plomo, zinc, hierro, oro, manganeso y… ¡acero! Igualmente se hallaron pinzas (de depilar) con 3000 años de antigüedad… Oficialmente imposible.
En Nueva Delhi, India, tenemos su no menos famosa Columna de Delhi, de hierro casi puro y antioxidante… ¡Pese al monzón!
En el gigante asiático, en China, se encontraron objetos fabricados en bronces de aluminio y aluminio, como el cinturón del emperador Ching. Nuestra civilización hubo de esperar a 1819 para poder producirlo…
En América se encontraron objetos de oro y platino… El platino solo puede ser trabajado cuando se funde a más de 1700 ºC de temperatura… En Europa se comenzó a trabajar entre 1730 y 1762… ¿Cómo podían haber trabajado aquellos pobladores de América piezas que precisaban de alto horno?
Como en tantas ocasiones surgen más preguntas que respuestas cuando el objeto que tenemos de estudio es un Oopart.
El disco de Nebra
El Escudo de Sangerhausen o Disco de Nebra, es un objeto al que ha rodeado el misterio desde su descubrimiento, en 1999. El disco fue hallado en el monte Mittelberg de la región alemana de Sajonia Anhalt. La pieza fue descubierta por buscadores de antigüedades clandestinos y recuperada en el 2002 por Dr. Harald Meller, en una operación que llevó a la cárcel a los expoliadores.
Tras estos hechos, los estudios sobre el disco han demostrado su autenticidad y han dado un cambio de rumbo a la idea que se tenía sobre los conocimientos cosmológicos de los pobladores centroeuropeos hace 3600 años, que es la época en la que se ha datado el disco de Nebra.
El objeto en cuestión es un disco de bronce casi redondo, de unos 32 centímetros de diámetro y unos 2 kilos de peso. Su superficie está decorada con motivos en oro, que representan la cúpula nocturna y donde se puede encontrar la luna, las estrellas, un astro circular que puede ser representación del sol o de la luna en fase de eclipse y un grupo de estrellas, en las que claramente se pueden ver las Pléyades, (curiosamente representadas prácticamente igual que en una casilla de el disco de Festos). También está representado un barco y en el margen, dos arcos sobrepuestos posteriormente.
El disco de Nebra es la representación más antigua conocida de una imagen cosmológica concreta.
Según el astrónomo Ralf Hansen, con el disco de Nebra se podía saber en qué estación del año se estaba, independientemente del punto del planeta en el que se estuviese. Teniendo en cuenta de que todavía no existían os calendarios tal y como los conocemos ahora.
Actualmente el disco se encuentra en el museo arqueológico de Sajonia Anhalt, y todavía siguen los estudios e investigaciones sobre su enigmático pasado.
El mecanismo de Antikitera
Sin dudas es mi OOPART favorito…Cuando pensamos en el papel de los antiguos navegantes admiramos especialmente la destreza y habilidad. Solemos caer en el error de pensar que estos marinos de antaño navegaban y surcaban las rutas comerciales casi por instinto sin ni siquiera concederle el beneficio de la duda pensando: ¿qué tecnología podían emplear en el siglo I a.C.? Por ejemplo…
Todo sería mera especulación cuando a las puertas del siglo XX, en el año 1900, un barco griego dedicado a recoger esponjas de mar encontró los restos de un antiguo naufragio, estaba en pleno mar Egeo frente a las costas de la isla de Antikitera.
Los buceadores decidieron explorar el pecio y quedaron asombrados por las ánforas de su bodega o las ricas estatuas que trasportaba, diferentes piezas de oro, de plata, y de otros metales… Todo un tesoro submarino.
Sin embargo, desapercibido, pasó una piedra que tenía incrustado un objeto… Nadie parecía apreciar su importancia, pasó más de medio siglo para que el arqueólogo Derek de Solla Price, en 1955 decidiera estudiar aquella extrañeza hallada, recuperada de las aguas.
Price dedicó buena parte de su tiempo en limpiarlo, en retirar todo lo que se le había adosado y tratar de reconstruir aquel amasijo de ruedas dentadas que tenía frente a él…Pero, ¿ruedas dentadas? Aquello implicaba un mecanismo, una intención. Rápidamente comenzó a construir el aparato llegando a la conclusión que era un mecanismo troquelado sobre una placa de bronce de dos milímetros y sobre la cual, de forma inteligente habían dispuesto un complejo sistema de movimiento.
Una vez lo tuvo reconstruido pasó a su examen compartiéndolo con otros expertos, todos manifestaron su admiración ante un mecanismo de relojería perfecto que servía para orientar astronómicamente a los navegantes. ¡Increíble!
Pero lo que lo hacía aún más admirable era que esa evolución técnica no se había logrado hasta el siglo XX, ¿quién un siglo antes de Cristo fue capaz de tal proeza? ¿Con qué conocimientos? ¿Utilizando qué medios? Y todo aquellos comenzó a ser molesto para los expertos… Sin embargo la evidencia callaba las voces más discordantes.
“Scientific American”, revista norteamericana de gran prestigio en el mundo académico publicó: “Este hallazgo nos obliga a revisar nuestros conocimientos sobre la historia de la Ciencia”.
Y es que la máquina había dejado sin habla a los científicos… Contemplaba el movimiento del Sol y la Luna, los planetas Venus y Marte, los días, las horas, las fases lunares, las estaciones, los equinoccios… Era una máquina sorprendente.
Técnicamente era imposible, realmente tenían aquella máquina frente a sus ojos y no sabían explicar muchos de los retos que planteaba.
Calificado por propios y extraños como un Oopart, como un objeto fuera de su tiempo, paso a ser expuesto las estanterías del Museo Nacional Arqueológico de Atenas donde se puede admirar junto con una reconstrucción a escala que indica su funcionamiento junto a varias animaciones informáticas.
Pero todo ello también daba un vuelco a nuestros conocimientos sobre su época: aquellos “ignorante” navegantes poseían una tecnología que desconocemos, en el año 87 a.C., y que sin embargo era más perfecta que la nuestra, puesto que nosotros, nuestra civilización, sólo pudo imitarla veinte siglos más tarde…
El planeador de Saqqara
Se encontró en una antigua tumba ubicada en Saqqara, Egipto, en donde los arqueólogos descubrieron el llamado “pájaro” que según se dice serían representación del dios halcón, Horus, del antiguo Egipto. Percy Taira lo narraba así:
“Si bien es cierto, esta ave fue hallada en 1988, no fue sino hasta la década de los sesentas cuando el doctor, Kahlil Messiha, se sorprendió por el innegable parecido del objeto con el diseño de los aviones modernos.
Tanta fue la sorpresa del científico, que ese mismo año se creó un comité de expertos arqueólogos e ingenieros aeronáuticos para que realizaran el misterioso estudio. Los resultados sorprendieron aún más. Los análisis detectaron que la pieza era un modelo a escala de un avión de tamaño normal posiblemente de un aviador motorizado, diseñado para transportar pesadas cargas a poca velocidad probablemente a 95 km/h.
Asimismo, y quizá lo más importante, fue que se descubrió que el diseño tenía propiedades aerodinámicas impresionantes como por ejemplo, un casi inapreciable desnivel entre el ala izquierda y derecha necesarios y vitales para que todo avión moderno pueda alzar vuelo.
Tanta fue la importancia de estas conclusiones que el comité decidió colocar este objeto en un lugar destacado en el Museo de El Cairo. Luego se descubrirían más de una docena de “pájaros” similares, causando así la polémica entre egiptólogos, científicos y arqueólogos de todo el mundo”.
Todos estos objetos, y son sólo una pequeña muestra, plantea una inquietante pregunta: ¿Existió otra Humanidad antes que la nuestra?