LOS REYES MAGOS Y LA ESTRELLA DE BELÉN

Por: Jose Manuel García Bautista

Uno de los pasajes más enigmáticos que encontramos en los textos sagrados es, sin dudas, aquel en el que se nos narra como los tres Reyes Magos siguieron a una estrella hasta el lugar del nacimiento de Jesús, un viaje desde lejanas tierras en Oriente hasta Belén.

La estrella de Belén es representada, en numerosas ocasiones, con una cola o fulgores, ello ha dado pies que se pudieran pensar que más que una estrella -por su imposibilidad- se pudiera tratar de un cometa. El pintor florentino Giotto así lo hizo cuando pintó, en 1305, la Adoración de los Reyes Magos en la Capilla de Arena en la ciudad italiana de Padua.

Para los expertos el pintor se basó en el cometa Halley para pintar su obra pues en el año 1301 se pudo ver en Italia y establecer comparaciones entre éste y la estrella de Belén, curiosamente fue uno de los primeros artistas en representarlo de esta forma. En el momento en el que el Halley hizo acto de presencia en los cielos de nuestro planeta nadie sabía lo que era y causaban temor, era algo impropio en el cielo, ardiente e impredecible.

No fue hasta que Edmund Halley, aplicando las leyes de Newton encontró un patrón en el cometa, el mismo fenómeno celeste que se había visto en 1531, 1607 y 1682. Aunque ya la pintura de Giotto habían sentado ‘escuela’ y muchos imitaron la ingeniosa forma de representar a la estrella de Belén por parte del pintor aceptándola de buena gana.

Curiosamente se han revisado los registros de Halley a su paso por la Tierra y se ha descubierto que pasó hacia el 12 a.C., curiosamente es un margen que permite pensar que pudiera haber sido el Halley el indicador del lugar donde nación el Mesías sin desmerecer la opción de una luminosa conjunción planetaria.