LAS VÍRGENES DE SEVILLA

Por: Jose Manuel García Bautista

Sevilla es conocida por ser la tierra de María Santísima, por su profunda devoción a la Virgen María. Numerosas imágenes en Sevilla son admiradas y se les profesan gran fe, sin embargo la ciudad tiene tres imágenes que son las más antiguas, ¿quiere conocerlas? Acompáñeme por este recorrido y descúbralas.

Nuestra Señora de la Antigua. Se la puede encontrar en la Catedral de Sevilla y no se trata de una talla sino de una pintura mural de la época visigoda, según las crónicas es la representación más antigua de España de la Virgen María. Su historia es curiosa puesto que durante la dominación musulmana nuestra región pertenecía a la zona del Imperio de Marruecos pero se permitía a los cristianos profesar su fe. En Sevilla había seis parroquias y junto al Alcázar se localizaba la Virgen de la Antigua.

Cuando después se comenzó a construir la Mezquita Mayor fue necesario expropiar los terrenos circundantes a la misma, lo hicieron con los comercios y tiendas del barrio de la Alcaicería Vieja. La pintura no dejaba de estar grabada en aquel muro y los cristianos al no poder llevársela con ellos la tapiaron a fin de que no fuera destruida, con ello evitaban también su profanación.

Al construirse la Mezquita Mayor la pintura quedó oculta pero con San Fernando, el rey Fernando III “El Santo”, llegó la Reconquista pasado el tiempo y mandó derribar aquel tabique, la imagen perfecta apareció ante los ojos de todos; una vez en ruinas la mezquita se decidió construir la Catedral en el siglo XV y aquel muro fue movido e instalado dentro de una capilla para rendir culto a la Virgen de la Antigua. Así, por ejemplo, Fernando I de Aragón mando hacer una copa que llevó a Medina del Campo con el nombre de “Santa María de la Antigua de Sevilla”.

La imagen tenía gran devoción entre los marineros que partían hacia las Indias y América.

Nuestra Señora del Coral: Es una imagen visigótica que recibía culto en la parroquia de San Bartolomé, hoy San Ildefonso; fue pintada por el monje Eustaquio en el siglo VII y es posible que sea así ya que a los pies del altar encontramos al presbítero Famulus Dei del año 612. Aún se puede admirar esta hermosa imagen.

La Virgen de la Hiniesta. En un viaje a Italia, a Roma, San Leandro, hermano de San Isidoro, hacia el siglo VIII, obispo de Sevilla, regaló al Papa Gregorio Magno diferentes imágenes de la Virgen. Una de ellas tenía devoción popular en la Catedral de San Vicente junto a la denominada como Puerta de Córdoba. Cuando en el siglo VIII los árabes invaden España, por miedo a su destrucción por los “infieles” la imagen es llevada a Valencia y allí fue escondida en una cueva junto al pantano de Tous. Pasados los siglos, y perdido su rastro, el caballero Mosén Tous de Monsalve halló la cueva y en su interior una imagen en la que se podía leer en un pergamino: “Soy de Sevilla de un templo que hay junto a la Puerta de Córdoba” y, movido por la devoción, tomó la imagen y la devolvió a la ciudad de Sevilla quedando en el templo de San Julián en el año 1380.

Por desgracia el fanatismo político y la irreverencia incendiaron en 1931, en la Guerra Civil, la parroquia y la imagen se perdió en el incendio; hoy día se venera una copia que realizó el insigne imaginero Antonio castillo Lastrucci, denominándose como “La Virgen Gótica”.

El nombre de Hiniesta (con H) proviene de “giniesta” que significa “retama” en valenciano que era lo que cubría a la imagen en su escondite levantino.