HUMANOIDES EN ALGECIRAS

Por: Jose Manuel García Bautista

Sucedió el 12 de Febrero de 1980 cuando Rafael Tobajas y su esposa fueron a visitar a una amiga enferma con gripe. Una vez en el domicilio y desde la terraza del mismo Rafael Tobajas ve unas extrañas y misteriosas esferas que tienen rumbo, o dirección, a “Los Adalides” en Algeciras. La observación sorprende a todos pero no era algo nuevo en tierras gaditanas, una zona de una gran actividad ufológica.

Sobre las nueve de la noche, en la carretera local denominada “Botafuego y Llano de la Vega”, Garganta del Capitán y Sierra de Ojén había un fenómeno que se repetía: unas luces esféricas de color blanco con destellos violetas cruzaban su horizonte de forma muda e inquietante. Es visto por numerosos testigos que afirman que es un objeto sólido que al baja deja al descubierto su forma de “taza invertida” con luces de colores que van desde el rojo al verde, que se desplazan a gran velocidad y que desde unas especies de antenas emiten unas ráfagas de luz… Se mueven siempre en dirección Norte-Sur para bajar en la vertical de la Sierra de Ojén hasta la barriada de “Los Adalides”, “La Granja”, Camino Viejo de Los Barrios. Sus medidas aproximadas lo situaban entre los cinco y los doce metros y sus evoluciones son dispares ya que unos días puede ser muy lentas y otras moverse con suma rapidez.

El testigo, Rafael Tobajas, ya había sido participe de este tipo de incidentes al escuchar los comentarios de diferentes vecinos pero nunca había podido verlo. Aquella noche, a las 21:30 h. desde casa de su amiga enferma quedaba impresionado por la observación.

Algunos decían que era sólo un resplandor, otros que se trataba de algún bromista, pero ¿todas las noches? Parecía excesivo. Aquella noche Rafael Tobajas observó detenidamente aquel extraño objeto, era luminoso, se balanceaba y Rafael decide ir hacía el lugar donde se encontraba el OVNI. Sus amigos no quieren acompañarlo siendo sólo su esposa coparticipe de su experiencia.
Conduce por la antigua carretera de Los Barrios, pasa por delante del colegio “Los Adalides” donde ve a un grupo de treinta chicos con linternas y palos, se detiene y pregunta a los chicos si han visto la luz, le responden afirmativamente e indican que aquel grupo de chicos iba a “explorar” e investigar de que se trataba. Sube en su auto a tres de ellos, José A. Sanjuán, José Rodríguez y Diego Gutiérrez quienes indican a Rafael Tobajas el camino.

A la altura del quemadero de basura, a varios kilómetros, observan dos luces muy intensan en la falda de la Sierra de Ojén, se automóvil detiene su marcha y con la precisión de unos prismáticos observan las evoluciones de las luces.

Observan con atención aquellas luces durante quince minutos, tras las luces se percibe la silueta de algo mayor… La esposa de Rafael Tobajas agudiza la vista y ve, claramente, la figura de algo, Rafael toma los prismáticos y descubre dos formas humanoides saliendo de aquella luz embutidos en un traje de color verde, muy ajustados y de caminar torpe, se puede distinguir perfectamente sus extremidades, los brazos y las piernas. Distaban ambos humanoides uno 100 metros. La luz se intensifican y la sombra de aquellos dos seres se proyecta sobre el agua de un cercano arroyo. Uno de los humanoides comienza a andar hacia la posición de Rafael Tobajas y sus acompañantes, sienten miedo, retroceden, suben en el automóvil y arrancan… Huyen despavoridos del lugar sabiendo que han sido testigos de algo “imposible”.

Al día siguiente Rafael Tobajas vuelve a aquel lugar y comprueba como hay una gran cantidad de huellas. Miembros de la Red Nacional de Corresponsales (grupo de investigación y divulgación ufológica) opinan que las huellas encontradas son similares a las que origina un mortero del 91 en maniobras militares, las mismas que realiza el destacamento de Botafuegos. Sin embargo aquel día no hubo maniobras…

Pero el fenómeno no se detiene, al unísono, a varios kilómetros de allí, el guarda nocturno de un cementerio de coches que estaba durmiendo en el interior de uno de los vehículos siente como algo golpea la puerta del coche… Despierta y observa aterrado a un ser con forma femenina, ojos rasgados y piel verdosa llamando al cristal del auto. El guarda, asustado, toma un palo de grandes proporciones como defensa y sale del auto para golpear a aquel ser que se desvanece ante su mirada llenando de terror al testigo. Jamás volvería ese puesto de trabajo.

No es el primer incidente registrado en la zona, en Septiembre de 1959 sobre las 2:30 h. de la madrugada, en la estación de bombeo de aguas de Algeciras, un empleado pudo apreciar la evolución en el cielo de una extraña forma ovoide con una especie de visera a su alrededor de, aproximadamente, seis o siete metros de diámetro. Cuando el objeto tomó tierra de su interior surgieron dos formas de apariencia humana de 180 centímetros de estatura, el incidente dejó sin palabras al sorprendido testigo que jamás olvidaría el incidente.