Uno de los edificios más emblemáticos que tiene el barrio de Triana es el denominado como «Casa de las Columnas», en la calle Pureza, un lugar en el que hay toda una Historia tras él y, también, unos testimonios de hechos inexplicables.

Fenómenos paranormales en la ‘Casa de las Columnas’ de Triana

El edificio está en el punto en el que se enclavaba la iglesia de la Cofradía y el Hospital de Mareantes. Una casa que, según Fernando Narbona, en 1780, era muy hermosa -lo sigue siendo- con balconaje que daba a la orilla del río y a la llamada Calle Larga. La casa fue, con el paso del tiempo, un típico «corral de vecino» siendo rehabilitada por la Gerencia Municipal de Urbanismo en el año 1988 y cediéndola, con posterioridad, al Área de Participación Ciudadana del barrio.

Del siglo XVII queda la aportación que hizo en auxilio de los marineros, de los hombres de la mar, así como tenía una condición religiosa. Cuando se funda el colegio seminario, la corporación se trasladó a una nueva sede, dentro del barrio de San Telmo, patrón de los marineros. En el siglo XVIII tuvo diferentes ocupaciones de órdenes religiosas y el 1710 pasó a los terceros franciscanos de San Juan de Aznalfarache. No obstante, en 1757, la corporación tiene la propiedad del mismo y enlaza ya con el uso como «corral de vecinos».

Pero los hechos extraños en este edificio no son nuevos, desde 2002 tengo constancia de sucesos en su interior, en mi archivo tengo una declaración, se trata de una persona que trabajaba en su interior y testificaba: «Yo trabajo [en 2002] en el edificio y pasan cosas muy raras, cuando me quedo sola escucho pasos, perfectamente, y sé que no hay nadie o se escucha respirar a alguien. En ocasiones me he tenido que asomar al patio por escuchar portazos fuertes y, sin embargo, cuando salgo, todo está en perfecto orden. Cuando salgo de allí es lo peor porque siento como «algo» me acompaña a la puerta, es como si una corriente fría viniera hacia mí, es una sensación muy desagradable pero es que, además, sientes esa compañía» y apostillaba «tienes que venir un día a echar un vistazo por allí.»

Recuerdo que pocos días después la visité y me estuvo enseñando las dependencias, allí pude tener un tiempo para intentar grabar psicofonías, algo que, en aquella ocasión, no resultó positivo.

Pasaba el tiempo y tuve la ocasión de investigar otros casos en la zona, en la Plaza del Altozano, en calle Castilla o en el mismo Mercado de Triana, pero siempre me daban la referencia de lo que en la casa sucedía, en unas ocasiones con descripciones más vagas y en otras más profusas, como la que me dio una persona vinculada a la limpieza que me decía: «Mira, no he pasado más miedo en mi vida. Estaba limpiando y coloqué unas sillas de forma que pudiera pasar bien la fregona. La cosa es que me giré por que sentí que me llamaban y al darme la vuelta de nuevo estaban todas las sillas como antes que yo las recolocara, como si no le hubiera gusta a alguien que las pusiera así y las puso como estaban antes. Además sentí como otro susurro, como cuando me llamaron y tuve la seguridad que no estaba sola» me decía.

Fenómenos paranormales en la ‘Casa de las Columnas’ de Triana

Una de las experiencias más fuertes me la quiso narrar otro testigo [omito su nombre] que me decía: «Yo estaba allí haciendo unas consultas y gestiones, hubo un momento en el que se quedó aquello solo, no se escuchaba un alma, y es un sitio que tiene relativa actividad. Me quedé extrañado y fue entonces cuando vi salir a un hombre vestido de negro, era como un cura, no lo veía bien, estaba como difuso, pasó delante de mí, me dejó un frío tremendo, y supe que algo raro pasaba. Aquello duró nada, apenas 20 segundos, pero me dio muy mala vibración. Fíjate como me quedé que se me acercó una chica por detrás y me preguntó que si estaba bien. Le dije que si había visto a ese hombre pasar y sólo me dijo que ella estaba dentro y que sólo me había visto a mi muy parado en la puerta casi. Nunca se me olvidará ese hombre, aunque lo viera mal, la sensación».

Debido a ello me quise acercar a hacer unas comprobaciones con mucha discreción, llevaba una mochila con un medidor de EMF (campos electromagnéticos) que me indicaban valores que no eran demasiado altos, entraban dentro de la «normalidad». No obstante quise quedarme en una zona más apartada y comencé unas pruebas psicofónicas, con calma, con dos grabadoras digitales, elegí un momento tranquilo. Grabadora digital y «Spirit Box» con «Spirit Radio» dando unos resultados realmente sorprendentes.

La psicofonía que más me llamó la atención fue la que grabe en una sala y que decía, claramente: «Fuera de mi casa» o «Fuera de mi cama», pues la última palabra no estaba tan clara. Igualmente en las máquinas más innovadoras pude registrar otro sonido como, por ejemplo: «Vete ya», «Me duele» o «no hagas eso», como reprochándome mi actitud. Se me acercó una persona y me dijo: «¿Grabas sonidos?» y le dije que «si», aquel hombre, de mirada curiosa, sin saber qué hacía allí exactamente me dijo: «Ten cuidado que en este edificio pasan muchas cosas raras, no sea que grabes una psicofonía», me hizo gracia por que añadió «fíjate como es la cosa que queremos llamar a José Manuel García Bautista para que investigue aquí«. Yo preferí ni identificarme, simplemente le dije: «¿Qué cosas raras pasan aquí?» y me respondió: «Mira, se ven siluetas, se escuchan cosas raras, las puertas se abren y se cierran, de todo» concluía.

Quizás la última prueba de los hechos extraños que ocurren allí la pude recoger en forma de psicoimagen allá donde parece manifestar un rostro con una mueca de dolor indescriptible. ¿Quién es? No lo sé, sólo que, ciertamente, ocurren hechos extraños en este punto de Triana que es la «Casa de las Columnas» y donde, tal vez, todo tenga mucho que ver con su pasado.