FANTASMAS Y CASAS ENCANTADAS NAZARENAS

Por: Jose Manuel García Bautista y Jesús García

Nos desplazamos ahora a Dos Hermanas, a unos 10 kilómetros de Sevilla, la localidad nazarena se corresponde con el reparto de tierras que se hizo tras la conquista por el rey castellano Fernando III, su hijo Alfonso X, repartió las tierras conquistadas entre los soldados que habían participado en ella. El actual término municipal fue repartido entre varios, pero el que a la larga dio origen a la actual ciudad, fue el trozo que le correspondió a un adalid, (jefe de partida), de León llamado Gonzalo Nazareno, al que según el libro Repartimento de Sevilla le correspondió: “tres yugadas de heredad allende de Guadayra e aquende del Guadalquivir, es contra Xeres e es contra Lebrixa”.

Cuenta la leyenda que guiadas por el sonido de una campana, encontraron un imagen gótica “triplex” representando a Santa. Ana, María y Jesús, alrededor de la gruta construyeron una iglesia, que junto a los cortijos adyacentes constituirían el germen de la actual ciudad.

En 1911 por Real Decreto se concede al Ayuntamiento el tratamiento de “Excelencia” ya que Dos Hermanas empezaba a ser importante en el comercio y la industria, en razón de haberse iniciado la actividad de sus almacenes de aceitunas, pioneros en la exportación a los Estados Unidos.

Misterio en la “Casa del Ahorcado”

Dos Hermanas es uno de los núcleos poblacionales más altos de la provincia. En esta localidad podemos encontrar, y ya les narramos, los misteriosos fenómenos que se daban en la Alquería del Pilar, un lugar encantado, una casa con mucho duende… Ahora permítannos que les llevemos a un lugar embrujado, al inquietante “Casa del Ahorcado”.

Es el investigador Jesús García quién mejor que nadie conoce esta historia y el que nos narra todos y cada uno de sus detalles…, sus más escabrosos detalles. Porque en esta casa, habitada por el matrimonio Juan y María, allá por el año 1953, es la protagonista de unos acontecimientos que, en años posteriores, se transformarían en fenómenos paranormales, quizá producto de los hechos que una triste noche en su interior se produjeron.

Su historia, y la de nuestro edificio maldito, comienza el día en el que este feliz matrimonio vivía plácidamente en una casa de la localidad de Dos Hermanas, en la zona casi céntrica de la ciudad, muy cercana a la Avenida de Andalucía, que conectaba y conecta Los Palacios con Sevilla, y que atraviesa el pueblo. Durante los primeros años, Juan trabajaba de jornalero en la actividad del olivo, que era la que casi mantenía la actividad laboral de la ciudad. Su mujer, trabajaba en las ocasiones en las que Juan no lo hacía, en una de las tantas factorías de envasado de aceituna que había en Dos Hermanas. Todo parecía ir bien, pero el matrimonio comenzaba a deshacerse cuando veían que pasaban los años y, desgraciadamente, no traían hijos al mundo. A pesar de todos los intentos, esta situación no se producía.

Los intentos se transformaron en obsesión por conseguir tal objetivo. María ya se siente incómoda con esa situación y que su marido comienza a ser violento… Entre los vecinos, cuando las peleas eran tan intensas que se dejaban oír por toda la calle, cundía el silencio…

Entre tanto, María conoce a un joven, pocos años menos que el en su trabajo, con el que comienza a intimar en detalles primero para desahogarse luego y pasar a tener unas relaciones algo más sentimentales. Todo esto, lógicamente, recrudece los malos tratos en el matrimonio. En vista de que todo tiene que ver con la incapacidad para traer hijos al mundo, en un arrebato de locura, Juan mata a su esposa una fría noche de febrero. Luego, en una de las vigas del salón principal de su preciosa casa de dos plantas, algo inusual en esta ciudad por aquella época, coloca una cuerda y se quita la vida.

La casa permanece cerrada largos años, ya que nadie la quiere comprar conocedores de la triste historia que sucedió dentro de la misma.

En 1989, un vecino de la localidad se hace con la citada casa. Su hijo, junto a unos amigos, hace un improvisado cotillón de fin de año para celebrar la entrada al 1990. El acto se realiza casi por completo en la planta inferior pero, entre bebidas y algo de locura, unas cuantas parejas se dirigen a la planta superior, donde se encuentran las habitaciones, vacías por completo, sin puertas ni ventanas. Poco importa en esos momentos.

Visión de otro mundo…

Sobre las dos de la mañana, un chico semidesnudo baja las escaleras pálido, llorando, temblando de miedo, y casi sin poder pronunciar palabra. Las amigas de la chica con la que estaba, sin saber qué ocurría, subieron a la planta superior y, en una de las habitaciones, se encontraron con esta, desnuda, paralizada de terror, en una esquina de la misma. Lógicamente, no llamaron a nadie ya que la fiesta no era consentida por los mayores y las circunstancias en las que habían sido descubiertos tampoco abogaban por declarar. Varios minutos después, cuando consiguieron tranquilizar un poco a los chicos, Raúl con visible nerviosismo decía haber visto a una persona mayor que se les quedó mirando para luego, desaparecer ante sus ojos, dejando una extraña mancha casi viscosa sobre el suelo. Dicha mancha, pensando que podría tratarse de otro tipo de fluido, fue limpiada por el chico que organizó la fiesta en la propiedad de sus padres, antes de que esta víctima del misterio comentara los hechos.

Sobre las tres y media aquella fiesta terminó, y no se volvió a abrir aquella casa hasta unos meses después, aunque el trauma vivido por los dos jóvenes haría mella en ellos meses después (hemos de aclarar que, la chica, al poco tiempo de lo ocurrido, desapareció de la cuidad junto a sus padres que, de forma súbita, dejaron los trabajos que tenían y vendieron de forma igualmente rápida su propiedad).

Actualmente sobre el solar en el que estaba esta casa hay un edificio de reciente construcción. Cada vez que se posa por esa calle, es inevitable mirar la obra… Y una curiosidad: el piso de la planta primera (de tres que consta la construcción), que daba justo hacia donde estaba orientada esa habitación en la que ocurrieron los hechos, fue el último en venderse. ¿Casualidad? Lo que si es cierto es que no hay datos de más hechos extraños en la nueva construcción, lo cual no quiere decir que no se estén produciendo…