EL HIGUERON… AL DESCUBIERTO

En mi columna del pasado mes de enero, titulada “Paranoias Televisivas”, denunciaba el uso sensacionalista y poco profesional que la televisión hace de nuestros temas. Algo que todos sabemos y que lamentamos. Pero ahora, y para ser justo, he de decir que cuando la televisión quiere, hace bien las cosas y cuenta con los medios y profesionales adecuados. Es el caso del programa “Al Descubierto” de Antena 3. Su equipo de investigación ya ha dado muestra de su buen hacer destapando el lado oscuro que existe tras los pseudovidentes y pseudocuranderos como Paco Porras y Carlos Jesús. Y el 10 de abril le tocó el turno a las apariciones de “El Higuerón” (conocida anteriormente como las apariciones de Pedrera). Hay que felicitar a los responsables del programa por analizar a fondo, con tenaces reporteros y cámaras ocultas, lo que se esconde detrás de este fraudulento caso aparicionista. Una historia que comencé a investigar hace más de diez años y cuyo trasfondo fraudulento he denunciado en multitud de ocasiones. Mi último y extenso reportaje sobre dicho caso fue publicado en el nº 66 de “ENIGMAS” (mayo-2001). Así que poco puedo añadir a lo que en él dejé escrito.

Durante tres horas, “Al Descubierto” abordó monográficamente el caso de “El Higuerón” contando con la participación, entre otros, de nuestro buen amigo Enrique de Vicente -al que agradezco que citara mis investigaciones- y del periodista Jesús Torbado, autor de la voluminosa obra “¡Milagro, Milagro!” (Plaza & Janés). La presencia de ambos especialistas garantizaba la seriedad con que iba a tratarse la cuestión. En el bando contrario, tres miembros de la “Hermandad Virgen de la Bola de Luz”. Los tres dijeron muchísimas cosas, sobre todo Miguel Luque, que convendría aclarar. Un servidor, que ha visitado el enclave una veintena de veces, que ha pernoctado allí entre cientos de fieles pasando frío y aguardando la presunta aparición, que tiene en sus archivos medio centenar de entrevistas, que ha hablado con la vidente y sus principales acólitos, etc. no tiene más remedio que pensar que, o bien, dicho señor miente descaradamente o su fanática credulidad le ha cegado… No es cierto que estén dispuestos a dejarse investigar a fondo, como sugirió con desfachatez. “Aquí hay que venir a rezar, no a investigar” he oido decir en aquel sitio a muchos seguidores con cara de pocos amigos. Más de una vez me han dado un toque cuando me veían con la cámara y grabadora en ristre. Me he encontrado en esta historia muchos obstáculos, amenazas, miradas acechantes, desconfianzas, etc. que me han demostrado, desde el principio, que allí había gato encerrado (o, mejor dicho, personal disfrazado…) Además, nunca se ha aparecido la Virgen cuando estábamos algún investigador. No tardas en darte cuenta que esta gente no juegan limpio…

Lo que ha hecho el equipo de “Al Descubierto” es presentar la prueba definitiva de lo que algunos investigadores ya sabíamos desde hace tiempo. Ha logrado pillar “in fraganti” a Carmen López disfrazada de la Virgen. Por fin, la ansiada evidencia visual del fraude. En mis primeras visitas a Pedrera, sospeché que podíamos estar ante confusiones y errores perceptivos. De noche… gente que andan con linternas entre los olivos… ambiente de hipersugestionabilidad… Recuerdo que, en una ocasión, todo el mundo gritaba frenéticamente que veían a la Virgen. Cogí mis prismáticos y pude ver que se trataba de una persona con un anorak blanco que se apreciaba claramente debido a la luz de la luna llena. Cuando se fue acercando hasta el grupo de personas que allí estábamos, el gentío fue percatándose del error. Sin embargo, pronto recogí testimonios de gente que decía haber visto a la Virgen, a Jesús y a otros santos a pocos metros. No era uno o dos testimonios, eran decenas. Eso no me olía nada bien y ya pensé en la posibilidad de alguien disfrazado. Me hablaron de que existían filmaciones y cuando pude tener acceso a las mismas, me di cuenta que la supuesta Virgen no era más que una persona que hacía juegos circenses con una esfera de luz. Algo realmente esperpéntico y alejado de lo que entendemos por una visión mística o celestial (igual de patético resultó el episodio del “Espíritu Santo” en forma de paloma que todos pudimos ver en el programa). Solo hace falta tener un poquito de sentido común -algo de lo que estas personas carecen- para percatarse del burdo montaje. El testimonio de una mujer, fiel creyente en las apariciones, fue para mi concluyente cuando me confesó que en una ocasión, al intentar acercarse junto a otras dos personas hacia la Virgen, le abordaron varios individuos con palos. En una carta dirigida al investigador y abogado Manuel Gómez Ruiz, fechada el 23-01-97, le manifestaba mis serias sospechas: “No hay duda, en Pedrera hay gente que se disfrazan de la Virgen, Jesucristo y otras huestes celestiales”. Algo que también transmití a investigadores como Carlos Fernández, Manuel Carballal o José Luis Peláez, interesados en mis pesquisas.

Lo realmente penoso no es ya el fraude en sí, cosa frecuente en este mundillo, sino que tras presentarse en “Al Descubierto” las pruebas de que Carmen López escondía una paloma entre sus ropas, de que sus trances son oportunísimos para conseguir dinero y de que ella es quien se disfraza para hacerse pasar por una entidad celestial, sus seguidores, como vimos en el programa, sigan aún defendiendo la honestidad de la vidente y la veracidad del caso. Eso es lo que a mi más me sorprende. Reconozco que para muchas personas las apariciones marianas sirven de consuelo a sus desdichadas vidas, pero ¿cómo pueden admitir tan fácilmente que les mientan? ¿es que la credulidad no tiene límites?. Por enésima vez he de repetir la frase de Petronius: “El mundo quiere ser engañado; pues que lo sea”…

Enlace al vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=TDjsm5xbz_Q

Por: MOISÉS GARRIDO VÁZQUEZ