LAS APARICIONES DEL EDIFICIO VIAPOL

Por Jose Manuel García Bautista

Por qué lo moderno también puede estar encantado…

Sevilla es una ciudad milenaria, un crisol de culturas que han visto pasar por sus calles desde enigmáticos tartesos hasta orgullosos musulmanes… Una tierra llena de esperanza de intrigas, de secretos y de misterios…

Uno de esos nuevos misterios de la ciudad hispalense lo encontramos en una de las edificaciones “nuevas” de la ciudad. Un edificio emblemático y de gran importancia administrativa. Se trata del edificio Viapol, edificio destinado –entre otras funciones- a ser los renovados Juzgados de Sevilla. El edificio Viapol está en la avenida de Ramón y Cajal, junto al popular barrio de San Bernardo, tiene una extensión dedicada a oficinas de  33.000 metros cuadrados, albergan gran cantidad de empresas y servicios públicos y, sin dudas, su nombre evoca innovación y nuevos tiempos para la ciudad. En el Edificio Viapol encontramos la sede de los juzgados de primera instancia, el registro civil y sala de bodas así como numerosas empresas que destacan en sus respectivos sectores.

Pero no es que estemos actuando de agentes inmobiliarios y tratemos de “colocar” en el mercado éste singular edificio. Lo que nos ocupa del mismo son los hechos paranormales que en él han acontecido y que son muy desconocidos para el ciudadano de Sevilla e incluso para el buscador de misterios.

Y es que los funcionarios que allí realizan su labor aseguran que existe un fantasma en las instalaciones de Viapol. En el interior del edificio los vigilantes que controlan las cámaras de seguridad han narrado como a través de los monitores han observado una extraña sombra, oscura, difusa, que pasea por la planta del mismo. Una fría noche decidieron ir a ver que provocaba, o quién proyectaba, esa sombra y la sorpresa fue que la planta estaba desierta, no había nadie –tal y como esperaban- en la misma…

Transcurre lentamente el tiempo para aquellos que realizan su labor en Viapol, cada vez son más los trabajadores que inquietos saben de la otra realidad que se manifiesta en su interior. Algunos vigilantes de seguridad se dan de baja, los compañeros murmuran y rumorean: ascensores que se ponen en funcionamiento de noche cuando no hay nadie en el edificio y se paran todos en la misma planta, luces que tienen un comportamiento anómalo-inteligente, objetos que se mueven solos… Un trabajador afectado por estos incidentes comentaba haber tenido una extraña visión bastante desagradable “una visión de una persona descuartizada”… ¿Un sueño o una cruda realidad de otros tiempos? En torno a todos estos fenómenos sólo hay silencio y hermetismo, pero su existencia es tan real como la vida misma…

Uno de los empleados que allí desarrollan su labor comentaban para esta revista: “aquí pasan cosas muy raras, a veces sientes como te llaman por tu nombre y estás solo en la sala. En otras ocasiones el aire acondicionado se pone solo o el ordenador arranca sin venir a cuento… Todavía si se apaga solo pues tiene un pase…¡¿Pero encenderse?! Otras veces vas al servicio y cuando te vas a ir las cisternas se accionan solas, y no están mecanizadas o las luces parpadean…”

Y no es el único testimonio, una empleada (se preserva la confidencialidad de las identidades), una empleada del edificio entro en los servicios cuando de repente no podía salir de ellos… “Era como si una fuerza tirara de la puerta y no me dejara salir, de repente el secador de mano de activó solo y las luces parpadearon… Fue todo como una pesadilla, un mal sueño, cuando salí de allí no dejé de llorar. Allí hay algo”.

El más reciente de los testimonios apenas tiene unas semanas, de nuevo una “víctima del misterio” se encuentra con lo extraño: “estaba acabando mi trabajo cuando sentí un golpe detrás mía, miré y se habían caído una pila de expedientes. Pensé que estarían mal asentados y se fueron resbalando hasta caer. Los cogí del suelo, los puse bien y los coloqué en la mesa del compañero… A los 5 minutos otra vez se cayeron. Esta vez me dejó más mosqueado… Lo volví a coger, hice dos montones y los coloqué en la mesa, pero nada, al rato ambos montones cayeron. Entonces me levanté y una fuerza invisible me empujo sobre la silla sobre la que caí… Fue una experiencia terrible, aquel lugar está maldito”.

La función a la que está dedicada el edificio hace inviable –se deniegan- una investigación, no obstante  se han realizado diferentes rueda de entrevistas a testigos, se han grabado varias psicofonías y nuevamente lo evidente es innegable: la realidad de un fenómeno inexplicable en el edificio Viapol.

Javier Ronda, experto en información de Juzgados, escribía no hace demasiado tiempo de otros “fantasmas” en el interior del edificio: “La sala, de unos 60 metros cuadrados y donde trabajan once funcionarios, sufre temblores desde hace dos meses. Los técnicos de la Junta de Andalucía ya la han revisado y, pese a las bromas entre los usuarios sobre la posible existencia de fenómenos paranormales, la causa puede ser más prosaica, ya que el origen de las vibraciones puede estar en el equipo de refrigeración. Esta sala está ubicada en la cuarta planta del edificio de Viapol y es la única que padece estos «fenómenos», unos temblores constantes del suelo. Se espera que los arquitectos atajen el problema”.

Sin embargo el temor y la inquietud se cimentaban en las extraordinarias experiencias que muchos trabajadores están viviendo en su puesto de trabajo en este emblemático edificio llamado Viapol.

Destacado: El edificio Viapol se encuentra enclavado en un lugar equidistante de dos conocidos cementerios de la Sevilla del Siglo de Oro, los cementerios que antaño se clavaban en el Prado de San Sebastián y en Felipe II. Son los ecos del pasado…