En una noche oscura y fría en Sevilla se produjo una experiencia paranormal que su protagonista no podrá olvidar jamás y que podría repetirse en cualquier momento, hasta usted podría ser la “víctima” del más allá.
Experiencias aterradoras en el Barrio de Santa Cruz
Mi testigo me decía: “Fue este invierno y he estado dándole muchas vueltas por si lo contaba o no. Estaba en el centro, eran las doce y media pasada, hacía frío y crucé por el barrio de Santa Cruz camino de casa que no está muy lejos, yo vivo por la zona de la Alfalfa y siempre tiro por ahí”.
“Me extraño que había una niebla densa, al principio era un rocío que caía pero luego se hizo más espesa, tú sabes que eso suele pasar, las calles estaban vacías, imagínate”.
“Cruzaba por el Callejón del Agua, todo en silencio, pero a mitad de camino sentí que alguien o algo me estaba observando. De repente, escuché un sonido detrás de mí, pero cuando me di la vuelta, no había nadie. Nada, me metí por la calle Susona, aceleré el paso pero algo me seguía y miré por encima del hombro y vi una sombra oscura. Ahí es cuando traté de correr pero estaba como paralizado”.
El testigo se quedó paralizado a mitad de la calle, sin poder moverse o poder gritar: “De repente, apareció una figura negra frente a mí, sentí que me estaba absorbiendo la energía. No sé como describirte ese momento… Intentas gritar, pero tu voz queda atrapada en tu garganta. Aquella sombre se acercó lentamente y sentí mucho frío y humedad en el rostro, no de la niebla sino provocado por aquello que era diferente”.
“Cuando se alejó de mi comencé a respirar y a poder moverme y me di cuenta que aquella sombra podía haberme matado si hubiera querido, fue algo tremendo, me dio un miedo terrible. Al llegar a casa, vivo solo, no sabía ni que hacer, puse la televisión y no dormí, no me atrevía. Pasé un mal rato tremendo”.
Nacho jamás podrá olvidar esa noche terrorífica en Sevilla, digna de mi “Sevilla Terrorífica” aunque también es cierto que hay otra que no es menos inquietante.
Otro caso aterrador
Como periodista había investigado algunos de los secretos de la ciudad, muchos de ellos de los más misteriosos y me hablaron de una zona donde habían sucedido hechos extraños de nuevo: el Patio de Banderas.
Una noche me ubiqué en la ventana de una casa que, a priori, parece abandonada y a media obra, un edificio antiguo que más parece a punto de derrumbarse que otra cosa.
Allí estuve dos horas haciendo pruebas de psicofonías y psicoimágenes y donde quedé con un testigo de Lipasam, donde dos personas del servicio público de limpieza, han vivido hechos extraños.
Él [cuya identidad no me permite que facilite] me decía: “A medida que estaba aquí limpiando el ambiente se volvía más opresivo y podía sentir algo que me observaba, la plaza estaba desierta. No había nadie y fue cuando, en esta misma ventana escuché un ruido detrás de mí. Me di la vuelta, pero no había nadie allí” decía.
“Lo atribuí a mí imaginación o cualquier otro sonido de la noche pero, de repente, una figura apareció en la oscuridad. Era un hombre alto y delgado, con una capucha, como un hábito, la cabeza la tenía cubierta y no dejaba ver su rostro. Me paralicé de miedo cuando lo vi. No sabía si debía correr o quedarme allí, tampoco me había hecho nada. Antes que me diera cuenta ya lo tenía casi pegado y me dijo que “si estaba buscando algo”. Además recuerdo que con una voz que sonaba como si estuviera susurrando, muy en voz baja”.
Aquel hombre además le dijo que mirara dentro de la casa y “yo le dije que ya había mirado y que parecía que era una obra que la habían dejado parada. Miré de nuevo, segundos solo, y cuando lo fui a mirar a él ya no estaba, pero no estaba ni en la plaza, el Patio de Banderas, ni en el callejón, se había esfumado”.
Aquella experiencia aterrorizó a nuestro testigo y “sólo quería salir de allí lo antes posible”.
Es una experiencia más que se ha vivido en este lugar, en este punto de Sevilla que tiene mucha Historia y muchos lugares ocultos que, tal vez, pise sin darse cuenta…