100 AÑOS DE LAS APARICIONES DE FÄTIMA Y LOS MENSAJES DE LA VIRGEN

Por: Jose Manuel García Bautista

1917: un año marcado en la Historia de la devoción y la Fe

El año 1917 sería difícil de olvidar, un 3 de Febrero de ese mismo año los Estados Unidos rompen relaciones diplomáticas con Alemania en un ambiente de pre-guerra, el zar de Rusia Nicolás II es obligado a abdicar y finaliza la dinastía de los Romanov, Alemania torpedea, y hunde, al buque Lusitania, la espía Mata Hari es capturada y posteriormente fusilada,…y en Mayo de ese mismo año, en 1917, tres niños son partícipes de la aparición de la Virgen María en Portugal, aquellos tres niños pasaría a la Historia de la Iglesia y del Misterio…

Lucía dos Santos (10 años), Jacinta (seis años) y Francisco Martos (nueve años) serían sus protagonistas en lo que se pasó a denominar las apariciones de Fátima. Pero más allá de lo que se pusiera pensar fueron unas jornadas muy intensas, donde los jóvenes acudían cada día 13 a ver a “la señora”, donde se dice que bailó el Sol, y donde Nuestra Señora de Fátima concedió tres mensajes proféticos sobre el futuro de la humanidad a aquellos tres niños…

Periodos de las apariciones
Primera fase: apariciones del ángel

En Valinhos, en el año 1916, entre primavera y verano, los tres niños pastores, experimentan, en tres ocasiones diferentes, lo que califican de “una presencia angélical” mientras estaban al cuidado del rebaño, sucedió dos veces en la cueva Loca do Cabeço, en Valinhos, y en el Pozo del Arneiro, en casa de Lucía. Los niños lo llamaban como el “Ángel de Portugal” o “Ángel de la Paz” enseñándoles a rezar para pedir la conversión de los pecadores e indicarles cómo practicar del sacrificio cotidiano y la adoración a Dios por medio de la eucaristía. Según los niños era la preparación para las apariciones de la Virgen María entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917

Segunda fase: apariciones de la Virgen María

Entre mayo a septiembre de 1917 Lucía dos y sus primos, Francisco y Jacinta Marto tienen una tremenda experiencia. Fue el domingo 13 de mayo de 1917, mientras pastoreaban en Cova da Iria, cerca de su pueblo de Fátima en Portugal, cuando vieron algo encima de una encina, Lucía describió como vio a una mujer “más brillante que el sol”, que iba vestida de blanco, con un manto con bordes dorados y con un rosario en las manos. Aquella “Señora” les pidió que regresaran el mismo día, a la misma hora, durante cinco meses consecutivos, y que rezaran el rosario. Francisco dijo que no escuchó hablar a la Señora, sólo la vio.

Los niños, con una extraña sensación en el cuerpo, entre miedo y alegría, fueron al pueblo a decirlo pero pocos fueron lo que los creyeron. No obstante siguieron yendo al lugar todos los días 13 de Junio y Julio. Precisamente durante la segunda aparición se les anunció la muerte de Jacinta y Francisco debido a la epidemia de la “gripe española” que acabó con la vida de millones de personas por su virulencia.

Aquella profecía se cumplió y Francisco y Jacinta Marto fueron víctimas de la misma, Francisco falleció el 4 de abril de 1919 y Jacinta el 20 de febrero de 1920.

Según los niños en las apariciones de la Virgen esta les pedía que se rezara mucho, exhortaba al arrepentimiento, a la conversión, a la penitencia de los pecados. Todo ello lo encarnaban los niños a la perfección. Algunos de esos mensajes tenían un carácter profético, hablaban de desastres, tragedias humanas y guerras. Así el 13 de julio de 1917, según Sor Lucía, tendría lugar en la Cueva de Iria-Fátima, la revelación del llamado “Secreto de Fátima”. Esto generó un gran revuelo que incluso hizo intervenir a las autoridades políticas Vila Nova de Ourém para saber su contenido.

Para esas fechas los niños y las apariciones tenían una gran “feligresía” y eran miles de personas las que acudían al lugar a rezar el Santo Rosario como pedía la Virgen así como la conveniente construcción de una capilla que sería la semilla del hoy santuario de Fátima.

La última aparición de la Virgen en Fátima fue el 13 de octubre de 1917 con la famosa “danza” o “milagro del sol” ante 70.000 personas, periodistas, como Avelino de Almeida, del diario O Século, y personalidades públicas de la época.

Otra cronología de Fátima

El 28 de abril de 1919, se comienza a construir la Capilla de las Apariciones.

El 13 de octubre de 1921, se celebra la Santa Misa.

Nueva años después, el 13 de octubre de 1930, el obispo de Leiria declara dignas de fe las apariciones autorizando el culto de Nuestra Señora de Fátima.

El 13 de mayo de 1931, se realiza la primera consagración de Portugal al Inmaculado Corazón de María, es efectuada por el Episcopado portugués, siguiendo el mensaje de Fátima.

El 31 de octubre de 1942, el Papa Pío XII consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María, hace una disimilada referencia a Rusia.

El 13 de mayo de 1946, es coronada la estatua de Nuestra Señora de Fátima por el cardenal Marsella, legado pontificio; también una ofrenda por “salvar” a Portugal de la IIª. Guerra Mundial.

El 13 de mayo de 1967, el Papa Pablo VI viaja a Fátima en el cincuentenario de la primera aparición para pedir la paz del mundo y la unidad de la Iglesia.

Juan Pablo II visita Fátima el 12 y 13 de mayo de 1982, es un viaje de agradecimiento por haber sobrevivido al atentado en la plaza de San Pedro un año antes. Juan Pablo II consagra la Iglesia, los hombres y los pueblos, al Inmaculado Corazón de María.

El 25 de marzo de 1984, el Papa Juan Pablo II consagra, de nuevo, el mundo al Inmaculado Corazón de María, en la plaza de San Pedro. Sor Lucía declaró que esta consagración satisfacía la petición hecha por la Virgen.

En 1991, los días 12 y 13 de mayo, el Papa Juan Pablo II regresa a Fátima como peregrino, es el décimo aniversario de su atentado.

El 13 de mayo de 2000, Juan Pablo II, visita por tercera vez Fátima beatificando a Francisco y Jacinta, además revela la tercera parte del secreto de Fátima resaltando lo importante de estos mensajes y en la santidad de los niños.

Mensajes de la Virgen

Dos de aquellos secretos, el primero y el segundo, se revelaron en 1941; el tercero aún permanece en secreto y su lectura ha hecho palidecer a varios papas, entre ellos Juan XXIII o Juan Pablo II. No obstante la fecha elegida para su divulgación, 1960, no fue atendida. Teóricamente se hizo un 26 de Junio de 2000 por Juan Pablo II aunque las explicaciones para que fuera entendido no dejó satisfechos a los expertos.
Habitualmente se hable de los secretos de Fátima pero en rara ocasión hemos tenido la oportunidad de leer sus mensajes. Repasémoslos o leámoslos por primera vez:

Primer secreto de Fátima: “Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que pareció estar bajo la tierra. Hundido en este fuego estaban demonios y almas en la forma humana, como ascuas transparentes de ardor, todo bronce ennegrecidos o bruñidos, flotando cerca de la conflagración, ahora levantados en el aire por las llamas que saltaron de dentro de sí mismos junto con grandes nubes de humo, ahora recurriendo a cada lado parecidas a chispas en un fuego inmenso, sin el peso o el equilibrio, y entre chillidos y gemido de dolor y desesperación, que nos horrorizó y nos hizo temblar de temor. Los demonios podrían ser distinguidos por sus aterradoras y repulsivas formas semejantes a animales espantosos y desconocidos, todos negros y transparentes. Esta visión duró por un instante. Cómo pudimos jamás estar suficientemente agradecidos a nuestra Madre celestial amable, que ya nos había preparado prometiendo, en la primera Aparición, para tomárnos al cielo. De otro modo, yo pienso que habríamos muerto del temor y el terror…”

Su interpretación es una visión del Infierno, del Mal. Otros lo han querido interpretar como un vaticinio de la Iª. Guerra Mundial.

Segundo Secreto de Fátima: “Ustedes han visto el infierno donde las almas de los pobres pecadores van. Para salvarlos, Dios desea establecer en la devoción de mundo al Corazón Inmaculado. Si lo que digo a usted es hecho, muchas almas se salvarán y habrá la paz. La guerra terminará: pero si las personas no dejan de ofender a Dios, una peor estallará durante el Papado de Pío XI. Cuándo ustedes vean una noche iluminada por una luz desconocida*, sepan que esto es el gran signo dado a ustedes por Dios que él está a punto de castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, el hambre, y las persecuciones de la Iglesia y del santo Padre. Para prevenir esto, yo vendré a pedir la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado, y a la Comunión de reparación en los Primeros sábados. Si se hacen caso de mis pedidos, Rusia se convertirá, y habrá la paz; si no, ella esparcirá sus errores a través del mundo, causando las guerras y las persecuciones de la Iglesia. El bueno será martirizado; el santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Al fin, el Corazón Inmaculado triunfará. El santo Padre consagrará Rusia a mí, y ella será convertida, y un período de paz será otorgado al mundo”.

Su interpretación es una visión de cómo salvar a los pecadores del Infierno, encauzar la fe y el cristianismo y consagrar Rusia a la Virgen María.

Tercer Secreto de Fátima: “Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él » a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre ». También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad en medio de ruinas y un poco tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios”.

Para unos es una visión del final del Papado, para otro se trata de la guerra nuclear o, incluso, del Anticristo… Existen muchas dudas pero parece evidente que un papa será asesinado en medio de un atentado o un conflicto bélico.

Con todo ello Juan Pablo II mediante de su Secretario de Estado, el cardenal Angelo Sodano anunció públicamente el texto del tercer misterio.

Así hay diferentes opiniones sobre el texto, el hoy papa Benedicto XVI afirmaba en 1884: “los peligros que amenazan la fe y la vida del cristiano, y por lo tanto del mundo. Y entonces la importancia del ‘novissimi’ (los últimos acontecimientos a fines de tiempo)”. La contradicción llega cuando el 11 de Mayo de 2010 cuando viajaba a Portugal dijo: “los sufrimientos actuales de la Iglesia por los abusos sexuales contra niños cometidos por sacerdotes forman parte de los que anunció el “tercer secreto de Fátima” “…

El obispo de Fátima, Cosme do Amaral, obispo de Fátima, en ese mismo año, se manifestaba: “Su contenido concierne sólo a nuestra fe. Para identificar el [Tercer] Misterio con anuncios catastróficos o con un holocausto nuclear deberá deformar el significado del mensaje. La pérdida de la fe de un continente es peor que la aniquilación de una nación; y es verdad que esa fe disminuye continuamente en Europa”.

El teólogo y cardenal Mario Ciappi dijo: “En el Tercer Secreto se predice, entre otras cosas, que la gran apostasía en la Iglesia empezará en lo alto”.

En 1980 el papa Juan Pablo II manifestó que los anteriores ocupantes del trono de Pedro no habían liberado el tercer secreto “por no alentar el poder del mundo comunista a hacer ciertos movimientos” y cogiendo un rosario terminó: “Aquí está el remedio contra este mal. Ore, ore, y no pida nada más. Salga todo más a la Madre de Dios”.

Y la polémica estaba servida con una nueva pregunta en los medios y entre los entendidos en las profecías o secretos de Fátima: “¿Que dice realmente el Tercer Secreto de Fátima?”.

La clave está en sor Lucía

Sor Lucía dos Santos escribió en la década de los 40 del pasado siglo XX lo siguiente:

“Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía”.

“Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: ‘algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él’ a un Obispo vestido de Blanco ‘hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre’. También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios”.

Ese parece ser el texto real o el que han facilitado a la opinión pública…

Fue Benedicto XVI cuando aún era el cardenal Joseph Ratzinger quién realiza el siguiente comentario teológico para tratar de explicarlo: (cita textual).

El Comentario Teológico del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe está dividido en tres partes: Revelación pública y revelaciones privadas, su lugar teológico; La estructura antropológica de las revelaciones privadas; Un intento de interpretación del secreto de Fátima.

1º.- “El término ‘revelación pública’ designa la acción reveladora de Dios destinada a toda la humanidad, que ha encontrado su expresión literaria en las dos partes de la Biblia: el Antiguo y el Nuevo Testamento. Se llama ‘revelación’ porque en ella Dios se ha dado a conocer progresivamente a los hombres, hasta el punto de hacerse él mismo hombre, para atraer a sí y para reunir en sí a todo el mundo por medio del Hijo encarnado, Jesucristo.

En Cristo Dios ha dicho todo, es decir, se ha manifestado a sí mismo y, por lo tanto, la revelación ha concluido con la realización del misterio de Cristo que ha encontrado su expresión en el Nuevo Testamento”.

2º.- La “revelación privada”, en cambio, “se refiere a todas las visiones y revelaciones que tienen lugar una vez terminado el Nuevo Testamento; es ésta la categoría dentro de la cual debemos colocar el mensaje de Fátima.

La autoridad de las revelaciones privadas -prosigue el cardenal Ratzinger- es esencialmente diversa de la única revelación pública: ésta exige nuestra fe”. La revelación privada, en cambio, “es una ayuda para la fe, y se manifiesta como creíble precisamente porque remite a la única revelación pública”.

Citando al teólogo flamenco E. Dhanis, el prefecto para la Fe afirma que “la aprobación eclesiástica de una revelación privada contiene tres elementos: el mensaje en cuestión no contiene nada que vaya contra la fe y las buenas costumbres; es lícito hacerlo público, y los fieles están autorizados a darle en forma prudente su adhesión”. “Un mensaje así puede ser una ayuda válida para comprender y vivir mejor el Evangelio en el momento presente; por esto no se debe descartar. Es una ayuda que se ofrece, pero no es obligatorio hacer uso de la misma”.

El cardenal Ratzinger subraya también que “la profecía en el sentido de la Biblia no quiere decir predecir el futuro, sino explicar la voluntad de Dios para el presente, lo cual muestra el recto camino hacia el futuro”.

La parte más importante del Comentario Teológico está dedicada a “un intento de interpretación del secreto de Fátima”. Del mismo modo que la palabra clave de la primera y de la segunda parte del “secreto” es la de “salvar almas”, “la palabra clave de este ‘secreto’ es el triple grito: ‘¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!’. Viene a la mente el comienzo del Evangelio: ‘paenitemini et credite evangelio’ (Mc 1,15). Comprender los signos de los tiempos significa comprender la urgencia de la penitencia, de la conversión y de la fe. Esta es la respuesta adecuada al momento histórico, que se caracteriza por grandes peligros y que serán descritos en las imágenes sucesivas. Me permito insertar aquí un recuerdo personal: en una conversación conmigo, Sor Lucia me dijo que le resultaba cada vez más claro que el objetivo de todas las apariciones era el de hacer crecer siempre más en la fe, en la esperanza y en la caridad. Todo el resto era sólo para conducir a esto”.

3º.- Después, el prefecto de la Congregación para la Fe pasa revista a las “imágenes” del secreto. “El ángel con la espada de fuego a la derecha de la Madre de Dios recuerda imágenes análogas en el Apocalipsis. Representa la amenaza del juicio que incumbe sobre el mundo. La perspectiva de que el mundo podría ser reducido a cenizas en un mar de llamas, hoy no es considerada absolutamente pura fantasía: el hombre mismo ha preparado con sus inventos la espada de fuego”.

“La visión muestra después la fuerza que se opone al poder de destrucción: el esplendor de la Madre de Dios, y proveniente siempre de él, la llamada a la penitencia. De este modo se subraya la importancia de la libertad del hombre: el futuro no está determinado de un modo inmutable, y la imagen que vieron los niños no es una película anticipada del futuro, de la cual nada podría cambiarse. En realidad, toda la visión tiene lugar sólo para llamar la atención sobre la libertad y para dirigirla en una dirección positiva. (…) Su sentido es el de movilizar las fuerzas del cambio hacia el bien. Por eso están totalmente fuera de lugar las explicaciones fatalísticas del ‘secreto’ que dicen que el atentado del 13 de mayo de 1981 habría sido en definitiva un instrumento de la Providencia. (…) La visión habla más bien de los peligros y del camino para salvarse de los mismos”.

Pasando a las siguientes imágenes, “el lugar de la acción -explica el cardenal Ratzinger- aparece descrito con tres símbolos: una montaña escarpada, una gran ciudad medio en ruinas, y finalmente una gran cruz de troncos rústicos. Montaña y ciudad simbolizan el lugar de la historia humana: la historia como costosa subida hacia lo alto, la historia como lugar de la humana creatividad y de la convivencia, pero al mismo tiempo como lugar de las destrucciones, en las que el hombre destruye la obra de su propio trabajo (…) Sobre la montaña está la cruz, meta y punto de orientación de la historia. En la cruz la destrucción se transforma en salvación; se levanta como signo de la miseria de la historia y como promesa para la misma”.

“Aparecen después aquí personas humanas: el Obispo vestido de blanco (‘hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre’), otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y, finalmente, hombres y mujeres de todas las clases y estratos sociales. El Papa parece que precede a los otros, temblando y sufriendo por todos los horrores que lo rodean. No sólo las casas de la ciudad están medio en ruinas, sino que su camino pasa en medio de los cuerpos de los muertes. El camino de la Iglesia se describe así como un viacrucis, como camino en un tiempo de violencia, de destrucciones y de persecuciones. En esta imagen, se puede ver representada la historia de todo un siglo. Del mismo modo que los lugares de la tierra están sintéticamente representados en las dos imágenes de la montaña y de la ciudad, y están orientados hacia la cruz, también los tiempos son representados de forma compacta”.

“En la visión podemos reconocer el siglo pasado como siglo de los mártires, como siglo de los sufrimientos y de las persecuciones contra la Iglesia, como el siglo de las guerras mundiales y de muchas guerras locales que han llenado toda su segunda mitad y han hecho experimentar nuevas formas de crueldad. En el ‘espejo’ de esta visión vemos pasar a los testigos de la fe de decenios”.

El prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe afirma también que en el viacrucis de este siglo “la figura del Papa tiene un papel especial. En su fatigoso subir a la montaña podemos encontrar indicados con seguridad juntos diversos Papa, que empezando por Pío X hasta el Papa actual han compartido los sufrimientos de este siglo y se han esforzado por avanzar entre ellos por el camino que lleva a la cruz. En la visión también el Papa es matado en el camino de los mártires )No podía el Santo Padre, cuando después del atentado del 13 de mayo de 1981 se hizo llevar el texto de la tercera parte del ‘secreto’, reconocer en él su propio destino? Había estado muy cerca de las puertas de la muerte y él mismo explicó el haberse salvado con las siguientes palabras: ‘fue una mano materna la que guió la trayectoria de la bala y el Papa agonizante se detuvo en el umbral de la muerte’ (13 de mayo de 1994). Que ‘una mano materna’ haya desviado la bala mortal muestra sólo una vez más que no existe un destino inmutable, que la fe y la oración son poderosas, que pueden influir en la historia y, que al final, la oración es más fuerte que las balas, la fe más potente que las divisiones”.

La conclusión del secreto, prosigue el cardenal Ratzinger, “recuerda imágenes que Lucía puede haber visto en libros piadosos, y cuyo contenido deriva de antiguas intuiciones de fe. Es una visión consoladora, que quiere hacer maleable por el poder salvador de Dios una historia de sangre y lágrimas. Los ángeles recogen bajo los brazos de la cruz la sangre de los mártires y riegan con ella las almas que se acercan a Dios. La sangre de Cristo y la sangre de los mártires están aquí consideradas juntas: la sangre de los mártires fluye de los brazos de la cruz. Su martirio se lleva a cabo de manera solidaria con la pasión de Cristo y se convierte en una sola cosa con ella”.

“La visión de la tercera parte del secreto tan angustiosa en su comienzo, se concluye pues con una imagen de esperanza: ningún sufrimiento es vano y, precisamente, una Iglesia sufriente, una Iglesia de mártires, se convierte en señal orientadora para la búsqueda de Dios por parte del hombre (…) del sufrimiento de los testigos deriva una fuerza de purificación y de renovación, porque es actualización del sufrimiento mismo de Cristo y transmite en el presente su eficacia salvífica”.

¿Qué significa en su conjunto (en sus tres partes), el “secreto” de Fátima?, se pregunta por último el cardenal Ratzinger. “Ante todo debemos afirmar con el cardenal Sodano: ‘los acontecimientos a los que se refiere la tercera parte del ‘secreto’ de Fátima parecen pertenecer ya al pasado’. En la medida en que se refiere a acontecimientos concretos ya pertenecen al pasado. Quien había esperado impresionantes revelaciones apocalípticas sobre el fin del mundo o sobre el curso futuro de la historia se desilusionará. Fátima no nos ofrece este tipo de satisfacción de nuestra curiosidad, lo mismo que la fe cristiana no quiere y no puede ser un mero alimento para nuestra curiosidad. Lo que queda de válido lo hemos visto de inmediato al inicio de nuestras reflexiones sobre el texto del ‘secreto’: la exhortación a la oración como camino para la ‘salvación de las almas’ y, en el mismo sentido, la llamada a la penitencia y a la conversión”.

“Quisiera al final volver aún sobre otra palabra clave del ‘secreto’, que con razón se ha hecho famosa: ‘mi Corazón Inmaculado triunfará’. ¿Qué quiere decir esto? Que el corazón abierto a Dios, purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que cualquier tipo de arma. El fiat de María, la palabra de su corazón, ha cambiado la historia del mundo, porque ella ha introducido en el mundo al Salvador, porque gracias a este ‘sí’ Dios pudo hacerse hombre en nuestro mundo y así permanece ahora y para siempre. El maligno tiene poder en este mundo, lo vemos y lo experimentamos continuamente; él tiene poder porque nuestra libertad se deja alejar continuamente de Dios”.

“Pero desde que Dios mismo tiene corazón humano y de ese modo ha dirigido la libertad del hombre hacia el bien, hacia Dios, la libertad hacia el mal ya no tiene la última palabra. Desde aquel momento cobran todo su valor las palabras de Jesús: ‘padeceréis tribulaciones en el mundo, pero tened confianza; yo he vencido al mundo’ (Jn 16,33). El mensaje de Fátima nos invita a confiar en esta promesa”.

Y con todo esto, los amantes del misterio, siguen con las mismas dudas que al principio…

En clave conspiranoica

Sucedió un 13 de Octubre de 1917 en Cova da Iría, en Fátima (Ourém, Portugal). Allí, aquel día, sobre las doce de la mañana se congregan 70.000 personas. La mañana está desapacible, comienza a llover, todo se comienza a embarrar. La explanada se cubre de personas empapadas, de paraguas abiertos y de mucha Fe. Y allí, en ese ambiente, iba a suceder lo imposible. 70.000 personas como testigos y el sol bailó…

El hecho de la danza del sol en 1917 ha sido profundamente analizado. Las últimas investigaciones corren a cargo de los portugueses a Joaquím Fernandes y Fina d´Armada de la Universidad de Lisboa y del Instituto Nacional de Investigación Científica. Analizaron las actas del obispado de Leiría y la primera sorpresa es que no se habla de apariciones marianas en aquel lugar.

La primera aparición de la Virgen

Todo comienza un 13 de Octubre de 1917, cuando tres pastorcillos describieron como allí vieron a una señora luminosa que había descendido del cielo. Aquellos tres pastorcillos eran Jacinta, Francisco y Lucía, pero además hubo una cuarta testigo: Carolina Carreira.
Sin embargo el testimonio de Carolina Carreira fue obviado por la Iglesia y fue obviado porque iba en contra de lo manifestado por la Iglesia.

Los investigadores dieron con un “expediente” que hablaba de cómo era la aparición: era una figura de un metro de altura, el traje que llevaba era acolchado, llevaba una esfera a la altura del pecho que agarraba con las manos, además se desplazaba sobre una “lengua” de luz que se proyectaba desde una nube luminosa. El testimonio de Carolina Carreira va un poco más allá. La figura incluso le parecía masculina. Sin embargo la descripción que se hace de ella es de una figura femenina, juvenil, con una capa y una corona de luz… Esa descripción encaja con lo que ellos quisieron ver la Virgen María evitando las inoportunas observaciones de Carolina Carreira.

La visión que tuvieron aquellos niños fue aprovechada por la Iglesia para manipularlo a su antojo en beneficio de los objetivos buscados por la Iglesia… Aunque inicialmente los tres niños nos estaban muy conformes con la descripción que se hizo por la oficialidad de aquel suceso pero que con el tiempo acabaron por aceptar, tal y como Lucía dos Santos hizo con el tiempo sin dudas influenciada por los años de permanencia en el seno de la Iglesia.

Además en la zona se estuvieron viendo extrañas luces, esferas luminosas: ¡OVNIs!, atendiendo taxativamente a su definición de objeto volador que observamos en el cielo y no sabemos lo que es, y mucho menos en 1917…

Pero regresemos a aquel 13 de Octubre de 1917, allí estaban aquellas 70.000 personas, esperando algo y entonces… El cielo estaba cubierto de nubes (según la información recabada por Joaquín Fernandes y Fina d´Armada) y de repente, de aquellas tupidas nubes surgió una esfera luminosa, la cual sobrevoló el lugar… Desprendía fulgores de luz y la acción sobre aquellas personas fue la de secar parcialmente sus empapadas ropas… Y de inmediato se relacionó con un milagro del cielo, incluso hubo personas que afirmaron haber sanado de sus dolencias y que identificaron equívocamente aquella esfera de luz con el Sol que aquella mañana no se veía por qué estaba cubierto por las nubes.

Según d´Armada y Fernandes aquel objeto emitió alguna clase de microondas… Otro misterio más.

Muchas veces desde la Iglesia se ofrece una explicación poco satisfactoria o demasiada elaborada. En el caso del Tercer Secreto de Fátima parece que hay un ocultamiento del mismo, sin saber el alcance de este ni las razones, pero que a nadie escapa que la realidad debe distar mucho de la opinión teológica del entonces cardenal Ratzinger acerca de esta importante -sin dudas- revelación.

100 años, un siglo de Misterio

Durante todo el año 2017 se han realizado diferentes actos conmemorativos de las apariciones en Fátima, desde el 13 de mayo hasta el 13 de octubre, actos con concluidos ese mismo y significativo día en la Basílica del Nuestra Señora del Rosario de Fátima con un concierto a cargo del Coro Gulbenkian, dirigido por Joana Carneiro. Es la forma de recordar, unido a la devoción y la oración, una de las apariciones marianas más importantes del mundo.