TERROR EN EL VIEJO HOSPITAL DE SAN PABLO

El “Sanatorio de los Muertos” está de moda, junto a mi compañero José David Flores acaba de salir un libro que recoge el misterio de este edificio donde se producen todo tipo de hechos extraños: “Terror en el Sanatorio de los Muertos” (Niebla Ediciones). Hoy les quiero hablar de una investigación imposible en uno de sus edificios.

Por: Jose Manuel García Bautista

El edificio que nos esperaba era el denominado “Pabellón de suboficiales”, dentro de ese mismo complejo de edificios. En una noche pasada ya ocurrieron bastantes fenómenos raros, tanto que incluso provocaron una cuasi estampida por parte de un grupo que asistió a una “respuesta” en forma de caía de un gran cascote de escombros en un lugar cercano al grupo, de cuya procedencia todavía no sabemos.

Pero decidimos ir donde estuvo Karen, una prostituta, hasta que hicieron el levantamiento de su cadáver. Si, como han deducido, esa mujer fue asesinada allí, por alguien que todavía se desconoce. Las actividades paranormales conseguidas en visitas anteriores parece que, aunque de forma tímida aún, allí habita una posible entidad que necesita hacer justicia de lo que sufrió. Pero todavía no encuentra la forma de poder comunicarse con más fuerza de la que hasta ahora lo ha hecho.

De todos modos, empezamos otras sesiones de grabación en audio, esta vez, interrogando a la posible víctima de tan execrable crimen. Y mientras estábamos en la mitad de la primera sesión, unos extraños fenómenos luminosos se manifestaban fuera de esa estancia, siendo testigos varios acompañantes que lo veían a través de una puerta de acceso. En un principio pensé que podía ser el reflejo de alguna linterna cuya luz llegaría desde el edificio de enfrente, psiquiátrico y planta de urgencias. Así que no comenté nada hasta terminar dicha sesión de preguntas.

Terror en el Sanatorio del Miedo
Nada más concluir, salí fuera en busca de alguien que explicara esa extraña iluminación… pero no había nadie. A través del walkie pregunté al grupo de David, situado en el edificio que antes he mencionado, si alguien estaba alumbrando hasta donde nos encontrábamos. Mientras, mi mente se hacía un posible “croquis” sobre la dirección de esa luz, y la forma en la que podía haber sido dirigida hasta donde se vio… pero encontró un fallo: la dirección de ese posible punto de partida no podía haber sido desde enfrente, sino en perpendicular y, en dicha dirección, no había nada.

Pensé que sería alguien que estaba visitando los distintos grupos, un acompañante de los cámaras que estaban realizando un reportaje sobre las experiencias que estábamos viviendo. Pregunté en voz alta, miré alumbrando con mi linterna en esa dirección… y nada. Esa luz no correspondía a nada físico. Luego recordé el momento en el cual se produjo ese fenómeno, y me di cuenta que era una respuesta a una de mis preguntas: “Karen, si estás aquí, ¿puedes dar una señal de tu presencia?”.

Más fenómenos extraños

Ocurrió algo que puede estar relacionado, pero que en ese momento no creí conveniente indicarlo a la persona: una chica a mi izquierda comenzó a toser, a sentirse mal de la garganta, como si hubiera empeorado súbitamente. Puede ser normal ya que ella manifestó que estaba encontrándose mal, posiblemente, por un comienzo o final de un resfriado. Pero parece extraño que coincida la parte de su cuerpo que sentía mal… con la forma en la que falleció Karen: estrangulada. Juzguen ustedes mismos.

ientras, en otros grupos continuaban los fenómenos extraños en forma de presencias espectrales que parecían moverse con la velocidad e intención de ser percibidos por cuantos estaban en esos grupos, como es el caso que comentó Jesús, o bien extraños ruidos correspondientes a pasos que precedían el desplazamiento del grupo, contado y vivido por Erika e Inmaculada. En el caso de David, los fenómenos estaban más relacionados con un sentimiento de absorción de energía, como si estuvieran expuestos a un gran esfuerzo, una sensación incómoda, alarmante, poco agradable y, sobre todo, sin mucho sentido. No es la primera vez que eso ocurre, ya que las manifestaciones en casi todos los casos necesitan para su producción de la energía vital y física que posee la persona.

… Y nos siguieron hasta el teatro

Ya indicaba con anterioridad que había una extraña presencia que parecía seguirnos, como si observara o vigilara todo aquello que estábamos haciendo. Para Jesús Rodríguez, este hecho era más que evidente, ya que podía “percibir” esa presencia extraña. Incluso durante el momento en el que todos estábamos dentro del teatro correspondiente al edificio de colegios, salió un momento para tomar el aire, y unos pasos parecían acompañarle en todo momento, como si quisiera algo. Por supuesto que él era el menos cómodo de todos, debido a esa especial sensibilidad que tiene.

Terror en el Sanatorio del Miedo

Pero vayamos al grano. Mientras dos grupos esperaban a los otros dos su llegada, para comenzar la experiencia final de comunicación con la “Spirit Box”, el edificio donde más fenómenos extraños nos ocurren cada vez que lo visitamos, volvió a hacer honor a esta circunstancia. Y es que, en un momento, unos jóvenes que nos visitaban dieron un grito de terror cuando observaron lo que describieron como “dos presencias luminosas” en la parte alta situada frente al escenario de dicho recinto. Allí se supone que, en tiempos donde gozaba de actividad aquel complejo, se situaban las personas que apoyaban la realización de las obras teatrales (sonido, cañones de luz, etc.).

Fueron varios de los jóvenes, y coincidían en la descripción de lo visto…pero allí arriba no había nadie, o al menos eso aseguraron un pequeño grupo que subió a esta estancia para descartar la presencia de bromistas. Eso había sido otra manifestación de lo imposible.

Reflexión

Haciendo una reflexión, todavía nos preguntamos la razón de la actividad paranormal en este edificio, ya que no parece corresponder a los patrones iniciales que tienen los lugares donde existen manifestaciones parapsicológicas. Pero estamos investigando de forma pormenorizada, indagando en la historia de ese lugar concreto, sirviéndonos para ello de los reportes correspondientes a los avistamientos, psicofonías, fotografías… todo lo obtenido que pueda ayudar en las pesquisas.

La sesión con la “Spirit Box” daba pocos datos, poca información. Parecía que, hasta ese momento, quienes estuvieran detrás de los fenómenos descritos hasta ahora pensaran que ya era suficiente, que no hacía falta más información de la que habíamos sido capaces de registrar. Así, parecía que este lugar nos invitaba a hacer una pausa, y que esto provocara en nosotros una necesidad: la de volver a dicho emplazamiento para seguir buscando pruebas de lo imposible, de lo paranormal.