LAS APARICIONES DE LA CHICA DE LA CURVA EN SEVILLA

Les quiero contar un hecho real que nos sucedió al compañero Fernando García Haldón y a mí durante la emisión del espacio “Protagonistas Sevilla”.

Por: Jose Manuel García Bautista

Cuando se habla de apariciones de carretera, de la típica “chica de la curva”, se habla a modo de “leyenda urbana”, de cuento popular, de historia no contrastada y, por tanto, no deja de ser una suerte de rumor, de comentario con poca base, lo cual no quiere decir que no esconda un fondo de verdad que no puede ser obviado.

Quizás con ese planteamiento les quiero contar un hecho real que nos sucedió al compañero Fernando García Haldón y a mí durante la emisión del espacio “Protagonistas Sevilla” en la desaparecida Punto Radio.

Aquel día mi intervención estaba orientaba a hablar de leyendas urbanas y, entre las más destacadas, se encontraba el tradicional relato de una “chica” que pasea por el arcén de la carretera a intempestivas horas de la madrugada, haga frío o calor, va –normalmente- descalza, aspecto famélico. Hace “auto-stop” y cuando sube al vehículo de aquella persona que se apiada de ella sólo indica que se dirige al pueblo o localidad más cercana para, de inmediato advertir sobre un peligro que hay y desaparecer. Lo curioso es que el peligro es real y ha salvado a la persona de lo que pudiera haber sido un accidente seguro.

Cuando el conductor mira hacia el lugar que ocupaba la “chica de la curva” se encuentra que no hay nada, si acaso, como mudo vestigio de su presencia, un rastro de agua si la noche estaba lluviosa… Poco más.

Así el programa se desarrolló en los términos de una aparición de estas características donde es poco comprobable o demostrable nada. Pero no contábamos con algo: el programa se hacía a micrófono abierto y con teléfono abierto para los oyentes y ahí surgen esas sorpresas.

Se comenzaron a recibir llamadas de oyentes que eran conductores de camiones que narraron su experiencia:

“Una noche conducía por la carretera de Sanlúcar la Mayor, era una noche tranquila, cuando llegué a la zona de la Cuesta de las Doblas y encaré para arriba vi a una joven que iba por el lateral, iba descalza y tenía una especie de anorak rojo. Me dio mucha cosa y paré el camión. Le dije que subiera que la acercaba a donde fuera, me dio mucha pena. La chica subió, estaba delgadita. Se subió y unos segundos después me dijo que tuviera cuidado que más adelante había un coche parado sin señalización y que podía darle pues estaba mal aparcado y ocupaba la calzada… Menos mal que me lo dijo por qué aminoré y a los doscientos metros apareció un coche oscuro que estaba metido la mitad en la carretera… Lo esquivé bien y al mirar al sitio que estaba la chica pues ya no estaban se había esfumado”.

Lo curioso de la narración de nuestro testigo es que en ese mismo punto kilométrico de la localidad sevillana de Sanlúcar La Mayor se produjo un grave accidente de tráfico en el que un autobús se despeñó por la cuesta sufriendo una grave pérdida en vidas humanas; en este accidente murió una joven que vestía una especie de suéter o similar de tono crudo, de tono rojizo…, igual que la aparición de carretera vista por los testigos… ¿Casualidad?

Igualmente, miembros de la Guardia Civil, conocidos y amigos, me hablaban de esta misma aparición, uno de ellos –del que no desvelaré su identidad- me decía: “Fue una cosa rara, era una noche tranquila, íbamos bajando la Cuesta y entonces fue cuando vimos a esa chica que bajaba en la misma dirección de nuestro vehículo, al pasar junto a ella ni mi compañero no yo dijimos nada pero al cabo de unos metros le dije:

“¿Has visto a esa chica? Deberíamos dar la vuelta y ver si la podemos ayudar, no es normal, igual está en apuros”. Pero al dar la vuelta no había ni rastro de ella, y era imposible que se hubiera escondido o lo que sea por qué aquel sitio es complicado. No había ni rastro, se había esfumado y nos acordamos de los relatos de conductores y de personas que dicen haberla visto”.

Como añadido a su testimonio decía:

“En alguna ocasión entró algún conductor en el puesto y nos dijo haber visto esa aparición y nos contó con todo lujo de detalles como era, la verdad es que no lo tomas en serio hasta que no te pasa. Nosotros ya no lo discutimos, sabemos que en ese punto pasan cosas raras y que tanta gente no se puede inventar lo mismo, es imposible; ya mucho menos cuando le pasa a un compañero o nosotros mismos, eso es ya algo superior a lo que podemos explicar”.

Así aquel programa estuvo plagado de llamadas de oyentes que en ese mismo punto kilométrico afirmaron haber visto a ese mismo fantasma, a esa misma “chica de la curva”, a esa misma aparición.

Pero no sólo la ubicaban en ese punto pues otras llamadas también referían de una presencia en la zona de Utrera, Dos Hermanas en la vieja carretera de La Isla o en plena Sierra Norte entre Constantina y Cazalla de la Sierra. En muchos de estos casos vuelve a ser tildado de “Leyenda Urbana” pero, la realidad, es que sigue habiendo testigos que atestiguan haber vivido esa experiencia y describirla de forma nítida, incluyendo miembros de la Guardia Civil que saben de la realidad de un fenómeno que no se sabe explicar y que va, en muchos casos más allá de nuestra propia realidad o de la capacidad que tenemos, en la actualidad, de poder explicarlo satisfactoriamente más allá de la imaginación, la sugestión, el miedo del propio testigo en una situación que, se puede considerar, como límite.