ARTE Y ENIGMAS DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

Por: Jose Manuel García Bautista

Compostela: el Pórtico de la Gloria

Uno de los lugares más importantes de la Catedral es el denominado como Pórtico de la Gloria, una de las obras más significativas del románico universal que se acabó de construir hacia el año 1188 por el maestro Mateo y que tiene como insignia arquitectónica el estar distribuido en tres arcos de mediopunto.

En el Pórtico de la Gloria se hace alusión al Apocalipsis de San Juan: “los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron delante del Cordero, teniendo cada uno una cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos…”

En el Pórtico de la Gloria se dan cita también otras alusiones como al triunfo del Hijo de Dios sobre la Bestia, la visión del Cordero; la bestia o bestias vendría representada por los monstruos inferiores, todo ello según la teoría expresada en 1965 por el profesor Otero Túñez. Viene representando al Apocalipsis: “tus puertas no se cerrarán con el día –porque allí no habrá noche- y traerá a ella el esplendor y los tesoros de las naciones”.

Los veinticuatro ancianos del Apocalipsis de San Juan están representados en el Pórtico de la Gloria, en su zona central; igualmente tenemos unas figuras coronadas por ángeles que son los Justos, a la derecha y a la izquierda, en el centro está Cristo.

Los pilares del Pórtico de la Gloria representan a los Apóstoles y profetas donde Santiago ocupa el lugar central bajo Dios, en el parteluz.

Encontramos en uno de sus extremos (izquierda) un ángel arrodillado que porta la columna en la que Cristo recibió el castigo de la flagelación. Otros dos ángeles portan dos elementos no menos significativos: la Cruz y la corona de espinas. Más a la derecha otro ángel porta la lanza de Longinos que atravesó el costado de Cristo, junto a él otros ángeles que llevan los clavos, una jarra con vinagre  o posca (líquido que se le daba a beber al ajusticiado en la cruz), los látigos, la tablilla del INRI… Los atributos de la Pasión de Cristo.

Otras figuras representan a los apóstoles y profetas, según los expertos podría tratarse se Abdías, Amós, Joel y Oseas, así como Jeremías, Isaías, Moisés y Daniel (que posa extrañamente sonriente).

Ritual que se realiza en el Pórtico de la Gloria es hacer coincidir los dedos de la mano con las raíces del árbol a la vez que se reza, es la manera de dar las gracias por la peregrinación culminada.

El Museo Catedralicio de Santiago de Compostela

En el Museo Catedralicio podemos encontrar piezas importantes realizadas por el maestro Mateo, el suelo es una calzada medieval (un trozo de ella) y se pueden ver una buena colección de capiteles y esculturas. De entre las piezas más destacadas está el miliario de Calígula del año 40 d.C. o un rosetón del taller del maestro Mateo del siglo XII que debía cerrar el Pórtico de la Gloria.

También encontramos relieves realizados en madera relacionados con Santiago de Compostela; en el primero de ellos se aprecia el retorno de las campanas de la Catedral a hombros de los musulmanes, año 1236. Campanas que fueron tomadas en el año 997 tras destruir Almanzor la ciudad.

El segundo relieve muestra un buen número de peregrinos en el Monte del Gozo, felices, desde el cual puede apreciarse las torres de la Catedral.

El tercer relieve nos muestra el traslado del cuerpo del Apóstol desde padrón hacia Santiago, en un carro tirado de bueyes que donó la reina Lupa.

El Museo Catedralicio tiene una curiosa capilla, la capilla el Alba, la cual recibe su nombre ya que su fundador celebraba la Misa al amanecer, era el canónigo Gómez Vallo.

En el claustro se custodia un cuenco que tenía la misión que los peregrinos se lavaran las manos tras el peregrinaje, largo, antes de ir a la Catedral. Estaba ubicado frente a la fachada de la Acibechería y destaca por su tamaño.

La Catedral y Santiago de Compostela emana energía, atracción, magia, es el peregrino quién debe dejarse envolver por ese ambiente difícil de explicar pero de un efecto enriquecedor al espíritu del viajero.

Compostela: El cuerpo de Santiago

Se trata de uno de los grandes enigmas compostelanos, uno de los casos de verdad dudosa aceptada más intrigante, y a su vez, uno de los misterios que nos deja Santiago de Compostela.

El hallazgo del presunto cuerpo del apóstol Santiago se cree que fue encontrado por un eremita llamado Pelayo, este hombre se encontraba rezando en las inmediaciones de una Iglesia, la de San Fiz de Solovio. Estando encerrado en sus meditaciones y oraciones comenzó a escuchar unos cánticos que parecían venir de una masa de árboles llamada Libredón. Pelayo quedó impactado por el suceso y narró lo sucedido al obispo Teodomiro, que estaba en Iria Flavia, hoy la localidad de Padrón. El obispo escuchó atentamente aquel fiel sabiendo que la historia que le estaba narrando no era una ficción creada.

 Así Teodomiro se desplaza al lugar junto a Pelayo, allí efectúa una serie de preparativos como el ayuno; transcurridos unos días se adentra en el bosque y encuentra una construcción en el que encuentra tres cuerpos enterrados; Teodomiro afirma que son los del Apóstol Santiago y sus discípulos Atanasio y Teodoro. Este hallazgo hizo que Teodomiro lo comunicara directamente al rey asturiano Alfonso II “El Casto” quién se desplazaría a Compostela y ordena construir allí un primitivo santuario en honor del Apóstol.

A raíz de este suceso comienzan a viajar muchas personas al lugar al enterarse de la noticia, todas ellas para rezar ante el cuerpo de Santiago, este sería el inicio de las peregrinaciones al lugar que actualmente se siguen realizando a través de las diferentes rutas xacobeas.